La inflación brasileña alcanzó 10,74 % en 12 meses a noviembre, un máximo desde el mismo mes de 2003, a pesar de que el incremento mensual de precios fue ligeramente inferior al de octubre, según datos oficiales publicados este 10 de diciembre.

La inflación de noviembre se ubicó en 0,95 %, por debajo del 1,25 % de octubre (dato revisado al alza). El aumento del índice se vio fogueado por el sector de transportes, afectado por los precios de la gasolina, según el instituto oficial de estadísticas (IBGE).

Desde enero en tanto, el aumento de precios al consumo es de 9,26 %.

El avance registrado en noviembre quedó por debajo de las proyecciones del mercado, ubicadas en 1,07% en la última encuesta Focus del Banco Central de Brasil (BCB), entre más de un centenar de consultoras e instituciones financieras.

“Siete de los nueve productos y servicios evaluados tuvieron un alza en noviembre”, indicó el IBGE en su reporte.

“La mayor variación (+3,35%) y el mayor impacto (0,72 puntos porcentuales) proceden de los transportes”, agregó. El segundo sector que más incidió en el alza de precios fue la vivienda (1,03%), seguido de gastos personales (0,57 %).

Las expectativas de inflación para este año en la encuesta Focus se elevaron a 10,18 %, muy lejos del objetivo de 3,75 %, y de su techo de 5,25 %, establecidos por el Banco Central.

La inflación erosiona los ingresos de las familias y afecta especialmente a las más vulnerables, que destinan el grueso de sus ingresos a alimentos. Las imágenes de personas revolviendo en la basura en busca de comida proliferaron en los últimos meses en Brasil.

El gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien buscará la reelección en 2022, incrementó en noviembre las ayudas sociales del programa Auxilio Brasil, sucesor del popular Bolsa Familia creado por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).

Desde este mes de diciembre, la ayuda subirá de un promedio de 224 reales (unos 40 dólares) a una media de 415 (72 dólares) hasta fines de 2022, año en el que se ampliará el número de beneficiarios de 14,6 millones a 17 millones, en este país de 213 millones de habitantes.

Los recursos provienen de una Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) promovida por el gobierno y aprobada por el Congreso que permite ampliar el margen de gasto público.

Esta maniobra, calificada de electoral por opositores, generó incertidumbre en los mercados y, para algunos especialistas, contribuye a deteriorar los indicadores macroeconómicos, incluida la inflación.

Nueva subida de tasas

Ante el avance incesante de la inflación, el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central elevó la tasa de interés de referencia hasta 9,25%, con un incremento de 1,5 puntos porcentuales, igual que en octubre, en un intento por contener los precios.

El Copom señaló que “la subida de los precios fue mayor de lo esperado”.

Así, la Selic alcanzó su máximo nivel desde 2017 y el central previó el mismo incremento en febrero (hasta 10,75%).

Para el economista William Jackson, de la firma Capital Economics, la inflación en noviembre “ligeramente inferior a lo previsto, no impedirá que el Copom suba la Selic” de nuevo.

“Sin embargo, es una señal de que la inflación se está estabilizando un poco antes de lo esperado por la mayoría de los analistas, y refuerza nuestra opinión de que el ciclo de ajustes no durará mucho más, después de la reunión de febrero”, agregó.

Las proyecciones ubican la inflación en 5,02% anual en 2022, según la encuesta Focus.

La política del BCB dio lugar a múltiples advertencias sobre el impacto en la expansión económica de una medida que tiende a contener el crédito y la inversión. El ministro de Economía, Paulo Guedes, admitió: “Brasil va a crecer un poco menos, porque vamos a estar combatiendo la inflación”.

Con información de AFP.