Brasil superó el jueves la barrera de los 400.000 muertos por coronavirus, sin ver el final del túnel por la lentitud de la vacunación y con deficiencias de gestión atribuidas por numerosos expertos al gobierno de Jair Bolsonaro.
El ministerio de Salud del país notificó 3.001 decesos en las últimas 24 horas, con lo cual el balance se eleva a 401.186, superado solo por Estados Unidos. El total de infectados en catorce meses de pandemia llega a 14,5 millones, en este país de 212 millones de habitantes.
El número de muertes aumentó exponencialmente desde inicios del año: en cinco meses pasó de 100.000 a 200.000 (el 7 de enero); pero solo hicieron falta 77 días para llegar a los 300.000 (el 24 de marzo) y 37 días para alcanzar los 400.000.
“Tuvimos un impacto importante de las nuevas variantes”, como la P1, explicó a la AFP la epidemióloga Ethel Maciel, de la Universidad Espiritu Santo (UFES).
Más contagiosa y bajo sospecha de ser más severa, esa variante surgió en la Amazonía, se expandió en todo Brasil y llevó a muchos países a cerrar sus fronteras con el gigante sudamericano. La segunda semana de abril fue la más devastadora, con más de 4.000 muertos en 24 horas durante dos días.
Los números comenzaron a estabilizarse después de cuatro meses de alzas vertiginosas: el promedio de fallecidos diarios es de 2.526 en los últimos siete días, después de haber superado los 3.000 hace dos semanas. No obstante, la meseta sigue en niveles muy elevados.
Una comisión parlamentaria fue instalada la semana pasada en el Senado para investigar la gestión de la crisis por parte de Bolsonaro y su gobierno, en el cual se sucedieron cuatro ministros de salud desde el inicio de la pandemia.
La investigación se enfocará principalmente en la crisis en Manaos, capital del estado Amazonas, donde la escasez de oxígeno derivó en enero en la muerte por asfixia de decenas de enfermos de covid.
Cabe resaltar que en el país vecino uno de los escenarios más dolorosos que han atravesado a raíz de esta enfermedad es el de la muerte de bebés. Según las autoridades de salud no saben cómo detener dicha tragedia.
De acuerdo con la doctora Fatima Marinho, asesora principal de la ONG de salud Vital Strategies, lo que sucede en el gigante suramericano no tiene precedentes en ninguna otra nación. Las cifras oficiales del Ministerio de Salud de Brasil muestran que entre febrero de 2020 y el 15 de marzo de 2021, al menos 852 niños de hasta nueve años murieron a causa de la covid-19, incluidos 518 bebés menores de un año.
Según la doctora Marinho, es probable que estos números no sean verdaderos y que la cifra total sea mucho más alta. La experta cree que una vez se supere la pandemia se podrán hacer cálculos reales al tener acceso a toda la información. Su ONG por lo pronto calcula que se han producido más de 2.000 muertes por covid-19 de niños menores de nueve años en Brasil, incluidos 1.302 bebés, si se tiene en cuenta que muchas muertes se registran por síndrome respiratorio agudo no especificado.
Para los expertos, el motivo de esta tragedia es una mezcla de las nuevas variantes en ese país, las pocas pruebas de covid para niños y la falta de políticas de salud pública que impida la propagación del virus. Aunque los niños pequeños generalmente tienen un riesgo bajo de contraer la covid-19, la escala de la epidemia de Brasil ha aumentado la posibilidad de que los más jóvenes se enfermen gravemente.