La difícil situación del posbrexit en Irlanda del Norte ha incrementado la tensión entre Londres y Bruselas este miércoles, con la amenaza europea de una respuesta “firme y decisiva” si el gobierno británico no cumple lo pactado.
Desde que en el año 2017 empezaron a negociar las condiciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, esa región británica vecina de la República de Irlanda, única frontera terrestre entre ambas partes, siempre fue un gran inconveniente. Ahora, seis meses después de la implementación completa del Brexit, se vuelven a avivar los desacuerdos.
“Estamos en una encrucijada en nuestra relación con el Reino Unido” y “debemos restablecer la confianza”, afirmó el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, tras más de tres horas de una reunión infructífera en Londres con el ministro británico encargado del Brexit, David Frost.
“Ese es el enfoque que prefiere la UE”, pero “si el Reino Unido diera nuevos pasos unilaterales en las próximas semanas no dudaremos en reaccionar de forma rápida, firme y decisiva”, subrayó.
Frost admitió que no hubo avances significativos, pero afirmó que el diálogo continuará en busca de soluciones. Aunque si estos no se logran consolidar, el Reino Unido examinará “todas las opciones disponibles para preservar la paz, la prosperidad y la estabilidad en Irlanda del Norte”.
Mediante el denominado “protocolo de Irlanda del Norte”, el cual fue negociado arduamente en el marco del Brexit, se logra mantener esa provincia británica en el mercado único europeo y en la unión aduanera para evitar que se vuelva a imponer una frontera física con la República de Irlanda, país que es miembro de la UE.
En 1998, tras 30 años de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, con un saldo de unos 3.500 muertos, se busca seguir preservando la frágil paz establecida gracias a ese protocolo.
Sin embargo, para ello fue necesario introducir controles aduaneros a las mercancías que llegan a Irlanda del Norte procedentes de Gran Bretaña, lo que los unionistas denuncian como una separación administrativa del resto del país.
La denominada “Guerra de las salchichas”
Después de más de diez noches de violentos disturbios por parte de los unionistas norirlandeses en abril, crece el temor de que se comiencen a producir nuevos enfrentamientos en torno al 12 de julio.
Ese día es la celebración de la mayor marcha unionista, que cada año conmemora la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre su rival católico Jacobo II, ocurrida en 1690. Este año tal fecha adquirió un carácter especial, en el marco del centenario de la creación de Irlanda del Norte.
Frente a esta tensión, el gobierno de Boris Johnson ha decidido unilateralmente demorar la aplicación de algunos controles, especialmente los agroalimentarios. Según el diario The Daily Telegraph, se está estudiando prorrogar la excepción para la carne refrigerada, que debía finalizar el 30 de junio, con lo que se busca garantizar la llegada de salchichas británicas.
Según el impreso se avecina lo que sería una “guerra de las salchichas” si los comercios norirlandeses no logran vender productos cárnicos británicos.
Dentro de la sesión semanal de preguntas en el Parlamento, Johnson aseguró que su prioridad es darles “a los habitantes de Irlanda del Norte un acceso libre e ininterrumpido a los bienes y servicios de todo el Reino Unido”, y “proteger la integridad territorial y económica del país”.
Pero para la UE, Londres debe cumplir con lo que ha firmado.
Según una fuente europea, la amenaza de la Comisión implicaría aranceles específicos en determinados sectores, una posibilidad que fue contemplada en el acuerdo comercial posbrexit.
Además, según la misma fuente, el presidente estadounidense Joe Biden, muy orgulloso de su ascendencia irlandesa, apoya a la UE en este asunto y, a menos que el Reino Unido aplique correctamente el protocolo, tendrá dificultades para alcanzar el gran acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que tanto ansía Johnson.
“Nadie quiere entrar en una guerra comercial ni nada parecido”, afirmó un alto responsable británico.
Con información de AFP.