La providencia judicial representa un duro golpe para la primera ministra, Theresa May, quien prometió poner en acción el artículo 50 (que inicia oficialmente el proceso de salida) en marzo de 2017. “No tenemos ningunas intenciones de dejar que esta decisión descarrile el cronograma para activar el artículo”, dijo la portavoz de la primera ministra, pero es difícil que esta nueva circunstancia no retrase sus planes. Ahora May tendrá que negociar las condiciones de la salida en el Parlamento, donde muchos ven el fallo como una oportunidad para lograr un brexit suave. Su partido conservador (Tory) tiene la mayoría en el Legislativo, pero primero tendrá que poner orden en sus filas, pues hay divisiones sobre cómo ejecutar el brexit. Por otro lado, pasar primero por el Parlamento podría significar una menor capacidad de negociación con la Unión Europea y puede que tengan que ceder respecto a aspectos claves como el control de migrantes, el mayor argumento para dejarla en primer lugar. Aunque todavía no está claro que lo puede suceder. Una vez más, como después del referendo, reina la incertidumbre.