Indignación ha despertado en Bolivia la noticia de un brutal asesinato perpetrado en zona rural de un municipio conocido como San Pedro, en el departamento de La Paz, donde un joven de 23 años, identificado como Steve Buddy Escobar, arremetió con un elemento cortopunzante en contra de su propio padre, un adulto mayor de 64 años, propinándole un total de 67 puñaladas, según detalló el Ministro de Gobierno de ese país, Eduardo del Castillo.

Pese a que el asesinato ocurrió el pasado 27 de abril, el caso logró tomar relevancia nacional esta semana debido a que el joven, quien se encontraba fugitivo desde el día del asesinato, logró ser capturado y presentado ante las autoridades correspondientes el pasado lunes.

La captura se convirtió en noticia nacional en su país, luego de que el mismo ministro de Gobierno diera a conocer la captura, presentando al señalado en un acto público en el que se pudo ver al joven con las manos esposadas a la espalda, un chaleco antibalas y un vistoso cabello color aguamarina.

Además del joven, señalado del parricidio, también fue detenida una mujer de 20 años, identificada como Juliana Lazo Vilca, quien sería la actual pareja del agresor, y quien fue capturada al ser señalada de conocer con anterioridad los planes de Steve Buddy, por lo que su actuación también se constituye en delito en calidad de cómplice.

Junto con la pareja también fue presentado una tercera persona identificada como Elías Campos Rodríguez, de 18 años, quien también habría estado implicado en el crimen y que además era buscado por las autoridades, señalado como responsable de otros delitos.

La captura de los implicados se habría llevado a cabo el pasado domingo, en inmediaciones de la localidad de San Buenaventura, a 450 kilómetros de La Paz, desde donde fueron trasladados para ser puestos a disposición de las autoridades.

Sobre el asesinato ocurrido al interior de la vivienda la víctima, el ministro de Gobierno boliviano precisó que, según la investigación, estuvo motivado por razones económicas y pasionales, sin entregar mayores detalles de la relación entre la víctima y el homicida.

Respecto a las 67 puñaladas propinadas por el joven a su padre, el informe entregado por las autoridades advierte que estas se ubicaron entre el abdomen y el cuello, derivando en que el asesinado pereciera a causa de un “shock hipovolémico post hemorrágico en la sección vena yugular izquierda y lesión pulmonar izquierda, y un traumatismo cervical torácico abierto por elemento punzocortante”.

Según el funcionario, la captura también se logró gracias a la efectiva acción de la Policía y a la denuncia interpuesta por familiares de la víctima.

De acuerdo con la legislación boliviana vigente, más precisamente el Código Penal, este delito se sanciona con cerca de 30 años de prisión y no cuenta con el derecho a beneficios como indulto.

Tras la captura, los detenidos se encuentran a la espera del juicio que determine su responsabilidad y la condena a pagar.

Luego de conocerse la noticia de la aprehensión del joven, a través de las redes sociales, múltiples voces se han escuchado para pedir a las autoridades que se le juzgue con todo el peso de la ley; no obstante, también han cuestionado el tiempo que transcurrió entre la comisión de los hechos y la captura del presunto responsable, manifestando que, dadas las circunstancias en las que mató a su propio padre, él debería ser considerado un peligro para la sociedad.

En los comentarios derivados del caso, internautas también han sugerido que el joven debería ser valorado psicológicamente debido a la conducta evidenciada y la brutalidad del hecho de haber propinado a su padre más de 60 puñaladas.