El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dijo que “pronto” podrá rebajar el régimen de excepción que su gobierno implementa desde hace más de dos años y medio en su lucha nacional contra las pandillas, especialmente contra la MS-13 (Mara Salvatrucha), todo en lo que parece ser la parte final de la guerra que ha llevado el mandatario contra los grupos criminales que hasta su llegada dominaban el país centroamericano.
“Probablemente pronto podamos relajar las medidas (de seguridad), no creo que haya necesidad de endurecerlas, más bien creo que se van a poder relajar”, dijo Bukele. “Ahorita ya se pudieron relajar un poco creo yo”, agregó el mandatario a periodistas durante la inauguración de una obra en una intervención pública que provocó la celebración y algunas críticas de ciudadanos de toda la región.
El 27 de marzo de 2022, Bukele inició una “guerra” contra las pandillas amparado en un régimen de excepción que permite arrestos sin orden judicial y bajo el cual han sido detenidos unos 83.000 presuntos pandilleros. Según las oenegés Socorro Jurídico Humanitario, Cristosal y MOVIR, hay unos 30.000 inocentes entre esas 83.000 personas detenidas sin orden judicial y acusadas de ser miembros o cómplices de las pandillas.
“En el tema de la dureza yo creo que lo que se está haciendo está bien, está funcionando, no necesitamos más dureza”, señaló Bukele, quien se ha convertido en uno de los mandatarios más populares de la región y el mundo tras su campaña activa contra las pandillas en el país centroamericano. Además, en su propio país es una figura tremendamente popular por su estrategia de seguridad.
“Obviamente como cualquier tratamiento, quimioterapia, antibiótico o cualquier analogía que queramos hacer, es mejor terminar con la infección, terminar con el cáncer antes de retirar el tratamiento”, agregó el mandatario que logró el objetivo de sacar a las pandillas de las calles de El Salvador, donde dominaron el país por décadas con apenas oposición gubernamental.
Bukele reconoció hace semanas que 8.000 inocentes fueron detenidos, y luego liberados. El gobernante justificó esta elevada cifra en el hecho de que antes de 2022 El Salvador era considerado el país sin conflicto bélico más violento del mundo y ahora redujo a mínimos históricos los homicidios (2,4 por cada 100.000 habitantes en 2023).
Sin embargo, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y oenegés locales han denunciado “detenciones indiscriminadas” y más de 300 muertes bajo custodia estatal bajo el régimen de excepción de El Salvador, algo que el mandatario siempre ha justificado de una u otra forma.
Con información de AFP.