Desde que Nayib Bukele llegó al poder en 2019, ha sacudido el tablero político no solo de su país, El Salvador, sino de toda la región. Su poco convencional forma de mandar y sus apoteósicos resultados han hecho que se gane la admiración de millones de ciudadanos a lo largo del mundo, aun en medio de grandes polémicas.
Bukele podrá tener miles de rivales producto de su gestión presidencial, pero si hay un lugar donde toda crítica en su contra parece inútil es precisamente en su país, El Salvador. Las encuestas de popularidad lo ponen siempre como el mandatario mejor calificado de la región, con una amplia distancia frente a sus homólogos. Por ejemplo, en marzo salió la encuesta anual de La Prensa Gráfica donde lo califican con un 91 por ciento de aprobación.
Esta semana, el presidente salvadoreño quedó oficialmente inscrito para las elecciones de su país programadas en 2024, bajo el aval de su partido, Nuevas Ideas. El domingo pasado, el partido tuvo elecciones internas, con el mandatario como único candidato. Para volver al ruedo, por ahora, Bukele tendrá que renunciar a la Presidencia en diciembre, al igual que su vicepresidente, para que puedan optar por el cargo nuevamente en los comicios de febrero de 2024, acortando así su periodo por seis meses.
El primer mandatario se pronunció sobre esa noticia por el medio que más le gusta: Twitter. Lo hizo para contestar a un artículo del diario El País de España, al que calificó de ser un medio financiado por George Soros, un magnate de 88 años que está detrás de la controvertida Open Society. “Dicen los medios de Soros que los salvadoreños no pueden decidir por sí mismos. Pero hoy habló el partido más grande en la historia de nuestro país, y el 4 de febrero de 2024 el pueblo salvadoreño tendrá la última palabra. La democracia se escribe de abajo hacia arriba”, aseguró.
Bukele se refería a la polémica que sus detractores han levantado sobre su reelección. Cuando el mandatario subió al poder, la posibilidad de optar por un segundo periodo inmediato no era posible en El Salvador. Sin embargo, en 2021, la Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, destituyó a dos magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general y el panorama de la rama judicial en el país cambió completamente.
La sala de asuntos constitucionales interpretó un artículo de la Carta Magna de ese país en el sentido de que la reelección solo está prohibida si es consecutiva, pero que la renuncia del presidente en esos tiempos permite que vuelva a entrar en la contienda. Después de esto, el Tribunal Supremo de lo electoral aseguró que acataría esa decisión.
El panorama deja a Bukele con la posibilidad de elegir quién será su sucesor en esos meses en que estará por fuera del cargo. Pese a que existen voces en contra, en especial de las ONG, parece que nada dentro de El Salvador puede evitar que Nayib Bukele y su vicepresidente, Félix Ulloa, sigan en el poder. Es claro que en las urnas nadie podrá vencerlo.
Los resultados de Bukele
Nayib Bukele ha logrado cambiarle la cara a El Salvador, en especial, en materia de seguridad, después de que decidiera declararles la guerra a las pandillas que azotaban al país desde hace décadas y que habían tomado el territorio a sus anchas sin que ninguna fuerza oficial o el mismo Gobierno hubiera hecho algo para poder detenerlas y neutralizarlas.
Estas organizaciones habían convertido al país en uno de los más peligrosos del mundo. Por ejemplo, El Salvador cerró 2021 como el año más seguro en toda su historia. Y todo gracias al combate frontal del Gobierno contra las famosas maras. Esto lo logró tras decretar el estado de excepción, hacer una nueva incorporación de efectivos a las fuerzas militares y de policía y reformar el Código Penal en la Asamblea Legislativa, donde se prohibió la simbología relacionada con las pandillas y se dio vía libre al uso de los bienes incautados a las mismas bandas para combatirlas.
En retrospectiva, en 2018, antes del ascenso al poder de Bukele, El Salvador encabezaba el listado de los 20 países más peligrosos del mundo, con una tasa de homicidios de 61,59 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En 2021, ya con el mandatario en el poder, el país salió por completo de esa infame lista y ahora se proyecta que la tasa de homicidios por 100.000 habitantes en 2023 sea de apenas 2,31 casos. Es decir, que de 3.346 asesinatos en 2018, El Salvador podría tener solo 150 en este año, según dichas proyecciones.
Siguiendo con las cifras, desde marzo de 2022, cuando el Gobierno Bukele se fue de frente contra las pandillas, se ha logrado la captura de más de 65.000 pandilleros, según cifras oficiales. Además, solo el 5 por ciento de los que han sido detenidos lograron la libertad posteriormente. Sin embargo, el Gobierno salvadoreño afirma que aún faltan alrededor de 30.000 criminales de este tipo por capturar. De igual manera, ha destacado la forma como son apresados, pues los delincuentes son hacinados, incomunicados con el mundo exterior y obligados a vivir junto a sus rivales de pandillas.
Si bien la clave de la fama de Bukele es su política de seguridad, la cual cuenta con la aprobación del 96 por ciento de los salvadoreños, no es la única en la que brilla, de acuerdo con los resultados de favorabilidad en las políticas en otros ámbitos de la administración. Por ejemplo, en educación tiene el 91 por ciento; en salud, el 87 por ciento; en empleo el 73 por ciento y en costo de vida, el 63 por ciento. Esto a pesar de la polémica por la adquisición millonaria de la moneda virtual bitcóin, en la cual el país invirtió grandes cantidades de dinero y, desde entonces, el precio ha tenido una gran caída.
Esta semana, Bukele también fue noticia por su respuesta a las críticas de la izquierda latinoamericana, reunida en el Foro de São Paulo. Los mandatarios aseguraron que su proceso reeleccionista era “fraudulento” e “inconstitucional”. El líder salvadoreño les respondió con ironía. “El Foro de São Paulo acaba de emitir una condena a El Salvador por ‘el desmantelamiento de los espacios democráticos’, ‘cambiar de un modelo democrático al de un partido hegemónico’ y por ‘violaciones a derechos humanos’. Sí, el Foro de São Paulo”, respondió en un trino lleno de emoticones.
El presidente también compartió una editorial de Fernanda Ortega, una periodista de TV Azteca, en respuesta a las críticas por su deseo de reelegirse. “La aceptación de 92 por ciento de Bukele no ha impedido que organizaciones internacionales, Derechos Humanos y gobernantes se rasguen las vestiduras por las medidas que su Gobierno ha tomado para detener a los criminales. ¿No será que sus intereses se están viendo afectados? Porque si de derechos humanos hablamos, el derecho a la vida de los salvadoreños fue violado una y otra vez por años, y ahí nadie pronunció una sola palabra”, sostuvo. Millones de salvadoreños parecen pensar lo mismo y nadie cuestiona que el triunfo esté asegurado.
El antiguo coagente de la defensa colombiana en la Corte Internacional de La Haya explica en 13 puntos lo ocurrido esta semana en el litigio entre Colombia y Nicaragua.