Una serie de restricciones de agua sin precedentes comenzaron a regir el miércoles en el área de la ciudad de Los Ángeles que, como la mayor parte de California, en el oeste estadounidense, sufre una sequía severa por tercer año consecutivo.
Más de seis millones de usuarios se ven afectados por estas medidas, que limitan notablemente el riego a un día por semana y solo en las horas más frescas, so pena de multa y ver su caudal reducido.
Sin embargo, los usuarios tienen la opción de reducir el consumo de agua per cápita a poco más de 300 litros por día en lugar de limitar el riego a una vez por semana.
Esa fue la opción elegida por la ciudad de Los Ángeles, donde ahora el riego está restringido a dos días a la semana, debido posiblemente a que hay más edificios y menos casas con jardines.
El objetivo es reducir el consumo de agua en un 35 % en el área atendida por el Metropolitan Water District (MWD) del Sur de California, que abarca a 19 millones de habitantes, casi la mitad de la población del estado.
“No hemos tenido el suministro para atender la demanda habitual, y ahora tenemos que elegir entre regar nuestro césped o tener agua para nuestros hijos, nuestros nietos y nuestro día a día”, resumió el titular del MWD cuando anunció las restricciones a fines de abril.
El MWD, que actúa en nombre de 26 agencias locales, depende de recursos ubicados a cientos de kilómetros de distancia para suministrar agua.
Casi un tercio proviene del norte de California, a través del Proyecto de Agua del Estado, una colosal red de 21 represas y más de 1.600 km de canales y tuberías que transportan agua hacia el sur desde la norteña Sierra Nevada.
Debido a la sequía crónica agudizada según expertos por el cambio climático, el Proyecto Estatal de Agua anunció que este año solo podría contemplar el 5 % de la entrega habitual al MWD, que no tuvo más remedio que tomar estas drásticas medidas.
Cambio climático y “cliché estadounidense”
Según los expertos, el agua utilizada para riego representa del 70 % al 80 % del consumo urbano en el sur de California.
“Si hiciéramos la transición a plantas y jardines más adecuados para el clima de California, podríamos reducir drásticamente nuestro uso de agua”, alegó Heather Cooley, directora de investigación del Pacific Institute, un grupo de expertos relativos a los problemas con el agua.
Muchos propietarios ya habían tomado esta decisión durante una sequía anterior, entre 2012 y 2016, cuando el gobierno de California impuso una reducción del 25 % en el consumo de agua urbana.
Con el cambio climático, “el cliché estadounidense del jardín con pasto verde y una cerca blanca ya no existe en California”, dijo Javier, un jardinero entrevistado por la AFP en una calle de Los Ángeles que descarga frondosas plantas de su vivero frente a la casa de uno de sus clientes
“Ahora necesitamos vegetación resistente al calor, cada vez más personas nos la piden. Prefieren tener un bonito jardín frente a su casa con plantas locales que no necesiten mucha agua, como suculentas o cactus, que un césped marrón sucio...”, aseguró.
Según el boletín semanal del Observatorio de la Sequía de Estados Unidos, más del 97 % de California se encontraba en una condición de sequía “grave, extrema o excepcional” el miércoles. Y muchas represas y depósitos de agua se encuentran en niveles muy por debajo de lo normal incluso antes del comienzo del verano.
El río Colorado, otra fuente importante de agua utilizada en el sur de California y por decenas de millones de personas en el oeste de Estados Unidos, también se ve gravemente afectado.
Un estudio publicado en 2020 por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), indicaba que el caudal del río Colorado ha descendido un promedio a media del 20 % durante el último siglo, y al menos la mitad de esta caída se puede atribuir al aumento de las temperaturas en el área.
En California, las temperaturas intermedias durante el verano boreal están 1,6 °C por encima de su nivel de finales del siglo XIX.
*Con información de la AFP.