Preocupación han despertado en Kenia, en el oriente de África, los efectos que ha tenido el cambio climático sobre la fauna del lugar, luego de que expertos confirmaran que, entre los meses de febrero y octubre del año en curso, al menos 200 elefantes han fallecido por cuenta de la escasez de agua, que marca la que ha sido considerada la peor sequía que vive ese país en las recientes cuatro décadas.
La noticia sobre la gran mortalidad de elefantes fue confirmada este viernes, 4 de noviembre, por el Ministerio de Turismo de ese país, señalando que la crisis climática actual ha golpeado a la mayoría del territorio keniano, donde cerca de cuatro millones de habitantes también han quedado sumidos en angustiosas condiciones de hambruna.
De acuerdo con el Ministerio de Turismo keniano, en su territorio, la sequía ha alcanzado niveles inimaginados en al menos 23 de 47 condados que componen el territorio de ese país.
En un comunicado expedido por la referida autoridad, y revelado por la ministra Peninah Malonza, en un pronunciamiento desde la ciudad de Nairobi, se reporta que las especies de la fauna que habita su país que más han resultado afectadas por la sequía son precisamente aquellas herbívoras, en tanto sus recursos alimenticios se han visto mermados por cuenta de la escasez de agua.
Sobre los animales que se han visto afectados en el territorio keniano, medios internacionales han referido que corresponden a ejemplares de al menos 14 especies, entre los que se cuentan elefantes, ñus, cebras, jirafas y búfalos.
En el caso de esta última especie, el número calculado de ejemplares que han fallecido se ha elevado a 51, mientras que en los casos de jirafas, la cifra ha referido el deceso de 12 ejemplares.
Sin embargo, en las restantes tres especies, el número de ejemplares fallecidos ya implica centenas, pues, según el cálculo de los expertos, habrían fallecido en ese país al menos 205 elefantes; animales que, por su tamaño, generan especial impacto y se hacen casos más visibles.
Por su lado, en el caso de las cebras, el número de animales muertos reportados se elevó a 381, mientras que los ñus ya superaron el medio centenar de víctimas con 512 ejemplares reportados.
En el caso de los elefantes, de acuerdo con el informe del Ministerio de Turismo de Kenia, una de las regiones más afectadas son Amboseli, muy cerca de la ciudad de Nairobi, y Laikipia-Samburu, zona ubicada en el norte del país.
Según las autoridades kenianas, actualmente se estima la población de elefantes en ese país en cerca de 36.000 ejemplares, de acuerdo a las estadísticas de la institución para 2021.
En pro de su conservación, y dadas las actuales condiciones climáticas que no solo afectan a ese país, sino al mundo entero, las autoridades de Kenia han desplegado un plan para propender por el cuidado de las especies en riesgo por la sequía, disponiendo para ellos, en lugares estratégicos, importantes cantidades de alimento.
Según reportan medios internacionales, como la AFP, la sequía actual que afecta a Kenia, y a algunos de sus países vecinos como Somalia y Etiopía, se ha derivado de cuatro temporadas de lluvias que han resultado ‘insuficientes’ para responder a las necesidades de esos territorios, lo cual ha derivado en escenarios de preocupante hambruna, que a su vez se ve complementada con la muerte de animales que tradicionalmente han sido criados para el consumo, pues, de acuerdo con las estadísticas, al menos 1,5 millones de cabezas de ganado también han perecido por las mismas razones.
Al otro lado del charco
En medio de la alarma que se ha conocido desde Kenia, vale la pena mencionar que esta no es una situación exclusiva que vive ese país, pues en el caso de nuestro continente, América, países como Argentina también han encendido las alarmas frente a los impactos derivados del cambio climático en el sector de la ganadería, pues los pastos, alimento para el ganado, ha comenzado a escasear de forma evidente.
De acuerdo con expertos citados por medios locales en Argentina, la afectación del sector ganadero podría fijarse en cerca del 75 %, lo que traduce en que una de cada cuatro vacas en Argentina padecerá la sequía y el hambre derivada de ella, lo que tiene efectos directos sobre la producción de carne, uno de los sectores más fuerte de la economía de ese país, al igual que la leche.
En cuanto a los sectores más afectados, se encuentra la Pampa argentina, centro de la sequía, zona del país que, además de vivir la actual crisis, se encontraba en proceso de recuperación de traspiés precedentes.
*Con información de AFP.