Este martes en la ciudad de Lima, en Perú, se reunieron los ministros de relaciones exteriores y representantes diplomáticos de 17 países de América para tratar el tema de "la ruptura de la democracia en Venezuela". Al terminar la reunión, los funcionarios desconocieron la reciente instalación de una Asamblea Constituyente y condenaron los hechos violentos que se han vivido en ese país en los últimos meses.El encuentro de cancilleres fue convocado por el presidente peruano Pedro Pablo Kuscynsky y se realizó luego de que el Mercosur suspendiera políticamente a Caracas tras la elección el pasado 30 de julio de la Constituyente, impulsada por el presidente Nicolás Maduro. Al finalizar el encuentro, tras siete horas de reunión, los cancilleres ofrecieron una rueda de prensa en la que expusieron sus conclusiones en un texto denominado "la declaración de Lima". El canciller peruano Ricardo Luna, anfitrión de la reunión, tomó la palabra y habló por todos los asistentes, que expresaron "su condena a la ruptura del orden democrático en Venezuela" y "su decisión de no reconocer a la Asamblea Constituyente" ni los actos que emanen de ella "por su carácter ilegítimo".Puede leer: Venezuela: hacia una dictadura comunistaTambién entregaron "su pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional", de mayoría opositora, y "democráticamente electa".En el documento, mostraron también "su condena a la violencia sistemática a los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión y la persecusión política, a la existencia de presos política y la falta de elecciones libres".Los diplomáticos condenaron "la violencia sistemática a los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión y la persecusión política, a la existencia de presos política y la falta de elecciones libres".Sobre las sanciones a las que se ha visto expuesta Venezuela en los últimos meses, los cancilleres aprovecharon para apoyar la decisión del Mercosur de castigar políticamente al gobierno de Nicolás Maduro y reiteraron su interés en que la OEA continúe con la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a ese país.Le recomendamos: Autoridades venezolanas denuncian ataque "terrorista" a base militarAsimismo, los cancilleres manisfestaron su decisión de "no apoyar ninguna candidatura venezolana en mecanismos y organizaciones regionales e internacionales" mientras no se reestablezca el orden democrático y anunciaron que solicitarán a la Presidencia Pro Témpore de la CELAC y a la Unión Europea, la postergación de la Cumbre CELAC-UE prevista para octubre de 2017.La otra cumbre

Jorge Arreaza, embajador de Venezuela y su homólogo boliviano, David Choquehuanca. Foto: AFPMientras en Lima se realizaba la reunión de los cancilleres y representantes diplomáticos de los países críticos de Maduro, en Caracas se llevaba a cabo un encuentro similar, pero de aliados al gobierno venezolano.Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), dentro de los que se encuentran países como Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador cerraron este martes filas a favor del presidente venezolano y rechazaron las sanciones internacionales contra la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) instaurada por el oficialismo."Estas acciones contra Venezuela no conducirán a ninguna solución que favorezca al pueblo, y solo tienen como objetivo generar más inestabilidad y alentar a los sectores más violentos de la oposición", se lee en la resolución adoptada por los cancilleres del ALBA en la reunión extraordinaria a la que asistieron en Caracas.El texto repudia como "injerencias imperialistas" las medidas tomadas por Estados Unidos contra el presidente Maduro y los miembros de su Gobierno por llevar adelante la Constituyente, unas sanciones que estudia adoptar también la Unión Europea.La actual crisis que se vive en Venezuela se ha profundizado en los últimos días tras la instalación de una polémica Asamblea Constituyente rechazada por la oposición y varios países del mundo. Las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro han dejado 125 muertos en los últimos cuatro meses, en medio de una fuerte crisis política y económica.