El candidato presidencial venezolano Daniel Ceballos (el ‘Gocho’ Ceballos), exalcalde de la ciudad de San Cristóbal y preso político de Nicolás Maduro, propuso que, si llegara a ser presidente, adoptaría el peso colombiano como moneda corriente para su país.
Eso quiere decir que Colombia podría llegar a tener un superpeso negociado en el país con más reservas de petróleo del mundo. Venezuela y Colombia crearían un euro criollo.
“La devaluación acaba con el salario y el ahorro. Por otro lado, el peso colombiano (COP) es una experiencia positiva en los estados fronterizos, permite estabilidad del ingreso, la inversión y el ahorro”, señaló Daniel Ceballos, por medio de su cuenta de Twitter.
Con esta iniciativa, el vecino país tendría como moneda de cambio y forma legal de cancelar deudas, el peso colombiano. La propuesta ya llegó a la mesa del presidente y del Banco de la República.
¿Por qué impulsar el uso del peso colombiano en Venezuela?
El candidato por la Presidencia, ‘Gocho’ Ceballos, aseguró que “primero debemos crear confianza impulsando el uso del peso colombiano (COP) en todo el país para atraer a los capitales colombianos”.
Ceballos señaló que esta iniciativa funcionaría como un mecanismo para contrarrestar la inflación, que saltó del bolívar al dólar. En los estados de Venezuela que usan el peso, este se ha revaluado respecto al dólar y el bolívar, entre muchos otros beneficios que ofrece el uso de esta moneda.
“Estamos impulsando la idea de que entre los más de dos millones de venezolanos que se encuentran en Colombia puedan enviar sus remesas en pesos y no solo hacia los estados fronterizos, sino para todo el país, así de esta manera se acelera su adopción”, dijo Ceballos.
El político entregó esta propuesta en el marco del Encuentro Binacional de Empresarios. El ministro de Industria, Comercio y Turismo de Colombia, Germán Umaña, y el embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo, escucharon al candidato presidencial de Venezuela.
Con un billete de 50 mil pesos colombianos en mano, señaló que “esto es lo que necesitamos, esto es realismo mágico”.
La propuesta apenas está sobre la mesa, pero de llegarse a concretar no solo Venezuela se beneficiaría de la divisa colombiana, sino también los intercambios comerciales entre ambos países podrían crecer exponencialmente.
Maduro niega una recesión en Venezuela y estima un crecimiento superior al 5 % para 2023
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, negó que el país haya caído nuevamente en recesión económica y proyectó un crecimiento de más del 5 % para finales de este año, desestimando proyecciones privadas.
“Dicen que Venezuela entró otra vez en recesión y lo basan en datos falsos”, manifestó Maduro en una transmisión del canal estatal luego de acusar al Departamento de Estado de Estados Unidos de utilizar a medios y entes para crear “falsas noticias”, sobre el crecimiento económico de Venezuela.
Y agregó que “este año se proyecta mínimo, mínimo, de acuerdo a la Cepal 5,5 % (de crecimiento) mínimo. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, mínimo 5 % y estoy seguro que con lo que estoy viendo, lo que estamos viendo (...) estoy seguro de que el crecimiento económico superará esas proyecciones”.
Según análisis realizados por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en días pasados (entidad de referencia ante la falta de cifras oficiales), la economía venezolana se contrajo 7 % durante el primer semestre del año, con respecto al mismo período de 2022.
El país tuvo un 2022 de crecimiento después de encadenar ocho años de recesión, en los que su producto interno bruto (PIB) se desplomó un 80 % debido al colapso de su esencial industria petrolera. El rebote fue impulsado por la flexibilización de férreos controles económicos, que llevó a una dolarización informal frente a la debilidad de la moneda local, el bolívar, y redujo la inflación aunque se mantuvo como una de las más altas del mundo.
Sin embargo, a finales del año pasado la economía venezolana comenzó a experimentar un proceso de ralentización que, según los expertos, está relacionado a la desestabilización del tipo de cambio, la falta de liquidez y flujo de caja del Gobierno, que coincidieron con un escándalo de corrupción dentro de la principal empresa del Estado, Petróleos de Venezuela (PDVSA).