Los dos principales candidatos a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, mantenían este viernes en suspenso su participación en el primer debate televisivo, faltando 48 horas para este esperado evento de la campaña.
El debate, organizado por un conjunto de medios brasileños, entre ellos la emisora Rede Bandeirantes y el periódico Folha de S. Paulo, es el primero del calendario de campaña con vistas a los comicios del próximo 2 de octubre.
Bolsonaro dijo el viernes que “debe ir” el domingo, tras haber evaluado no participar, aunque aclaró que la decisión no está tomada.
“Debo estar [en el debate] el domingo. Estoy decidiendo. En un momento creí que no debía ir, ahora creo que sí. Voy a ser fusilado, van a dispararme todo el tiempo (...) pero creo que mi estrategia va a funcionar”, dijo el mandatario en una entrevista con la radio Jovem Pan.
Poco antes, un asesor de Bolsonaro había dicho a la AFP que el líder ultraderechista había decidido no participar para evitar el “desgaste” de tornarse el “blanco preferido” de los candidatos.
El izquierdista Lula, su principal adversario y favorito de las encuestas, también mantiene en suspenso su participación. Una fuente de su campaña dijo a la AFP que el expresidente de Brasil (2003-2010) confirmará apenas se sepa “si Bolsonaro va”.
Ambos candidatos fueron entrevistados esta semana, por separado, en el noticiero más visto de Brasil, considerado un momento importante de la campaña que se inició el 16 de agosto.
Lula lidera la carrera electoral para el 2 de octubre con 47 % de la intención de voto contra 32 % de Bolsonaro, según un sondeo del Instituto Datafolha publicado el 18 de agosto. Otros sondeos indican una ventaja menor, con Lula también en la delantera.
Los organizadores invitaron, además de a Lula y Bolsonaro, a otros cuatro candidatos, entre ellos el exministro de Hacienda Ciro Gomes, del centroizquierdista PDT, y la senadora Simone Tebet, del centrista MDB, tercero y cuarta en los sondeos.
Aunque el evento, previsto para la noche del domingo, pueda perder brillo con la eventual ausencia de algunos de los mejores posicionados, no será cancelado.
En caso de ausencias, el espacio reservado para los candidatos quedará vacío, según comunicaron los organizadores.
Lula da Silva admitió corrupción en Petrobras y promete estabilidad económica si gana elecciones en Brasil
Lula da Silva intentó el jueves limpiar el estigma de corrupción al admitir casos en la petrolera estatal Petrobras durante sus mandatos y prometió investigar todo desvío si regresa al poder en octubre, en una entrevista con el noticiero más visto de Brasil.
“No se puede decir que no hubo corrupción si las personas confesaron” los delitos, aseguró el expresidente, entrevistado en el ‘Jornal Nacional’ del Grupo Globo, donde el lunes había estado el presidente Jair Bolsonaro en el marco de la campaña electoral.
Pese a que esperaba preguntas sobre corrupción, Lula, favorito en las encuestas para ganar la elección presidencial en octubre, comenzó la entrevista visiblemente agitado, leyendo anotaciones para apoyar su respuesta sobre corrupción.
“Estoy teniendo la primera oportunidad de hablar abiertamente con el pueblo en vivo (...) la corrupción solo aparece cuando usted permite que sea investigada”, dijo el expresidente izquierdista (2003-2010).
Acto seguido, criticó duramente la operación anticorrupción Lava Jato, iniciada en 2016 para investigar los desvíos en contratos de Petrobras, ya que, según sus palabras, “superó el límite de la investigación y entró en el límite de la política” para condenarlo.
Lula estuvo preso entre abril de 2018 y noviembre de 2019 tras ser condenado por corrupción. Recuperó sus derechos políticos en 2021, cuando la máxima corte anuló sus condenas por considerar que el tribunal que lo había juzgado en primera instancia era incompetente.
Durante la entrevista, el izquierdista criticó duramente a Bolsonaro, a quien llamó “bufón de la corte” por su dependencia de un puñado de partidos para gobernar.
Elogió además a su compañero de fórmula, el exgobernador paulista Geraldo Alckmin, un antiguo adversario de centroderecha, a quien enfrentó en la campaña a la Presidencia de 2006. “En política no hay que tener odio”, dijo.
La fórmula con Alckmin permitirá “mayor estabilidad en la economía” y una “credibilidad interna y externa”, según Lula, quien no fue específico sobre qué medidas adoptará si es elegido, pese a las preguntas de los entrevistadores.
*Con información de la AFP.