El prelado, que manejó el envío de sacerdotes a las diversas parroquias y las quejas por abuso sexual contra menores de 1992 a 2004, fue hallado culpable el mes pasado del delito grave de poner en peligro a menores en sus funciones de supervisión. El obispo William Lynn "permitió que monstruos en ropas clericales destruyeran el alma de niños" expuso la jueza M. Teresa Sarmina. Entre los sacerdotes que debió supervisar estaba Edward Avery, quien ya fue apartado del sacerdocio y purga una sentencia de dos y medio a cinco años de prisión. Se declaró culpable de atacar sexualmente a un acólito.El juicio marcó la primera vez que fiscales estadounidenses han acusado no sólo a los sacerdotes que supuestamente cometieron abusos sino también a los líderes de la iglesia por no detenerlos. Lynn es el clérigo de más alto rango acusado de encubrir las denuncias de abuso sexual y violación contra los sacerdotes, transfiriéndolos a otras parroquias.La defensa de Lynn argumentó durante el juicio que su cliente en repetidas ocasiones le dijo a sus superiores sobre el supuesto abuso y, bajo órdenes estrictas del cardenal Anthony Bevilacqua no tenía autoridad para retirar los sacerdotes del ministerio.AP