Este lunes 07 de noviembre, el Cardenal Jean-Pierre Ricard, Arzobispo Emérito de Burdeos (Francia), admitió haber abusado de una adolescente de 14 años; y dijo que se someterá a la justicia civil y canónica.

“Hoy que la Iglesia en Francia desea escuchar a las víctimas y actuar en verdad, he decidido no esconder más mi situación y ponerme a disposición de la justicia, tanto en el plano de la sociedad como el de la Iglesia”, señala el Cardenal Ricard, de 78 años, en una declaración difundida, en el marco de la Asamblea Plenaria de los obispos franceses.

Luego de señalar que no quiere esconder su responsabilidad, el Cardenal afirma que “hace 35 años, cuando era sacerdote, me conduje de modo reprensible con una joven muchacha de 14 años”.

Cuando ocurrió el abuso, el Cardenal Ricard aún no era obispo, sino sacerdote de Marsella. | Foto: © Tim Bieber 2019

Ahora bien, en 1987, cuando ocurrió el abuso, el Cardenal Ricard aún no era obispo, sino sacerdote de Marsella. Fue designado Obispo Auxiliar de Grenoble en abril de 1993, recibiendo la consagración episcopal en junio del mismo año.

“Mi comportamiento necesariamente causó en esta persona consecuencias graves y duraderas”, continuó el Purpurado, que lideró la Arquidiócesis de Burdeos entre 2001 y 2019.

Para el año 2019, el Papa aceptó su renuncia por llegar a los 75 años, edad de jubilación de los obispos.

Jean-Pierre Ricard, que fue creado Cardenal en 2006, dijo que ya había perdido perdón a la mujer, a la familia y a quienes “haya herido”. Precisó además que ha decidido “tomar un tiempo de retiro y oración”.

Por su parte, Mons. Jean-Paul James, actual Arzobispo de Burdeos, expresó en un comunicado su gran compasión por la persona víctima. “Comparto la pena de todos quienes, en particular en la diócesis de Burdeos, se sienten heridos por esta revelación”.

“Pienso especialmente en quienes han sido víctimas de sacerdotes y religiosos aquí en Gironde y renuevo mi invitación a las personas que hayan podido ser víctimas de actos reprensibles a hacerlo saber al equipo de tutela de la diócesis. Me tienen también a mí disponible para esto”, aseguró.

“El anuncio de que esto haya sucedido antes de que él (Cardenal Ricard) fuese obispo, nos deja más tristes. Pero este anuncio doloroso queda al servicio de la vida y de la verdad. En tiempos de prueba, pensando en las víctimas, seguimos poniéndonos humildemente al servicio del Evangelio y apoyándonos unos a otros en la fe y en la comunión fraterna”, concluyó el Arzobispo.

Por abuso sexual a menores, condenaron a 15 años de prisión a un exsacerdote en Chile

En otros hechos similares, el pasado mes de junio, la Justicia de Chile condenó a 15 años de prisión al exsacerdote Óscar Muñoz por la comisión de los delitos “reiterados” de abusos sexuales y violación de menores entre 2002 y 2018.

El “7° Tribunal Oral de lo Penal de Santiago condena a 15 años y 1 día de presidio efectivo al sacerdote y excanciller del Arzobispado Oscar Muñoz Toledo, como autor de los delitos reiterados de violación y abuso sexual de menores de edad”, señaló el Poder Judicial a través de sus redes sociales.

Muñoz es un reconocido exsacerdote de 60 años que ocupó cargos de responsabilidad en el Arzobispado de Santiago durante los últimos hasta 2018 y fue mano derecha del cardenal de la capital, Ricardo Ezzati, acusado de encubrimiento de numerosos casos de abusos sexuales a menores en el seno de Iglesia católica chilena.

El condenado llevaba desde 2018 en prisión preventiva a la espera de una sentencia firme, y aunque la Fiscalía pedía para él 30 años de condena, la decisión del juez redujo ese número a la mitad para Muñoz, quien es uno de los sacerdotes que el papa Francisco desvinculó de la iglesia católica desde 2019 en Chile, luego de que se conocieran las acusaciones en su contra de abusos sexuales, violación y estupro.

Con respecto a las víctimas, se estima que al menos cinco menores habrían sido abusados por Muñoz, mientras que otros dos se encuentran en evaluación. Los delitos se habrían registrado en las ciudades chilenas de Santiago y Rancagua.

La Iglesia católica chilena ha estado envuelta en denuncias de abusos desde que en 2010 el influyente sacerdote Fernando Karadima fue denunciado y un año después condenado por el Vaticano como culpable de abusos sexuales contra menores, desde ese entonces, decenas de personas han comenzado a revelar presuntos abusos por parte de religiosos.