El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, consiguió su cuarto mandato consecutivo, luego de registrar un 75 % de los votos el pasado domingo 7 de noviembre, en el marco de unas controvertidas elecciones en las que no tuvo una real competencia, con siete aspirantes opositores actualmente detenidos en ese país.
Una vez escrutados los votos de la mitad de las mesas electorales, la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, precisó que en segundo lugar se situó el candidato liberal Walter Espinoza, señalado como colaborador del gobierno, con 14,4 % de los sufragios.
Sobre las elecciones en el país centroamericano, la Unión Europea (UE) afirmó este lunes 8 de noviembre que el resultado de las elecciones en Nicaragua carece de legitimidad por la ausencia de garantías democráticas, y añadió que el país está gobernado ahora por un “régimen autocrático”.
El jefe de la diplomacia de la UE, el español Josep Borrell, aseguró que las elecciones “se llevaron a cabo sin garantías democráticas y sus resultados carecen de legitimidad”. Los comicios, añadió el jefe diplomático, “completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático”.
Borrell agregó que el presidente Ortega ha “eliminado toda competencia electoral creíble”, con el arresto de siete aspirantes presidenciales antes de las elecciones.
“La integridad del proceso electoral fue aplastada por el encarcelamiento sistemático, el hostigamiento y la intimidación de precandidatos y líderes de oposición”, denunció el jefe diplomático a través de una nota en nombre de los 27 países del bloque europeo.
“Llamamos a Daniel Ortega a que devuelva la soberanía de Nicaragua a los nicaragüenses, que son sus dueños legítimos”, añadió la Unión Europea en su declaración. Borrell ya había manifestado que la detención sistemáticas de precandidatos y aspirantes presidenciales eran un golpe letal para la legitimidad de las elecciones en Nicaragua.
El responsable europeo añadió en aquel momento que Nicaragua era “una de las peores dictaduras del mundo” y aseguró que “la deriva autoritaria es más que preocupante: es inaceptable”.
De acuerdo con un balance provisional anunciado por la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, Brenda Rocha, Ortega logró un 75 % de los votos durante los comicios del pasado domingo.
Tras llegar al poder por las urnas en 2007, Ortega, quien el jueves cumplirá 76 años, asumirá otros cinco años como presidente, a la cabeza del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), junto a su poderosa esposa Rosario Murillo (70), en la vicepresidencia por segunda vez.
El exguerrillero sandinista, quien también gobernó el país en los años 1980 luego de que el FSLN derrocara en 1979 al dictador Anastasio Somoza, enfrentó a Espinoza y a otros cuatro candidatos derechistas, desconocidos y tachados de colaboradores del gobierno.
Con 14 años en el poder, Ortega es acusado por sus críticos y opositores de “nepotismo” y de instaurar una dictadura, mientras que el exguerrillero asegura que su gobierno es del “pueblo” y defiende la soberanía de su país de los “ataques” de Estados Unidos, cuyo presidente Joe Biden, calificó el domingo los comicios de una “farsa”.
Entre tanto, los seguidores de Ortega festejaron esta madrugada, antes de que se hicieran públicos los resultados, en la Plaza de las Victorias, en el centro de Managua, en medio de fuegos artificiales, música y baile.
Un total de 4,4 millones de electores estaban llamados a votar y el CSE estimó en un 65 % la participación, aunque el observatorio independiente Urnas Abiertas aseguró que la abstención habría alcanzado un 81,5 %, según una verificación propia, no autorizada. Los opositores, la mayoría en el exilio o presos, habían llamado a la abstención.
*Con información de la AFP.