"Llegamos a los 1.225 kilos, con una clara ralentización desde hace dos días", indicó a la AFP el fiscal de Rennes, Francia, Philippe Astruc, sin dar más información sobre la investigación. Hasta el momento se desconoce la procedencia de estos paquetes de droga, del tamaño de una caja de zapatos, y perfectamente sellados con papel celofán. Contienen cocaína de una pureza del 83% y por lo tanto altamente peligrosa. Desde mediados de octubre, la droga va llegando de forma dispersa a las costas francesas, en una zona de varios cientos de kilómetros que va de Las Landas hasta Finisterre. Un fenómeno raro, que recuerda que los traficantes priorizan el transporte marítimo.

Los investigadores creen que el origen de los paquetes es un cargamento que cayó al mar "tras una avería o una tormenta", indicó la semana pasada el fiscal de Rennes. La semana pasada, un joven de 17 años fue detenido con cinco kilos de cocaína encontrados en Lacanau, una playa cerca de Burdeos.