El expresidente de Cataluña, Carlos Puigdemont, fue puesto en libertad por las autoridades italianas de la isla de Cerdeña, en donde fue capturado el jueves, luego de que llegara en un vuelo proveniente de Bélgica, para asistir a un congreso y reunirse con políticos independentistas de la zona.
El juez de apelaciones decidió ponerlo en libertad, sin ninguna condición, más allá de que no podrá salir de la isla hasta que se resuelva su situación, pues el Tribunal Superior de España espera que el político sea trasladado a Madrid para que responda ante la justicia como cualquier otro ciudadano, indicó este viernes en un comunicado de prensa.
Puigdemont “debe someterse a la acción de la justicia exactamente igual que cualquier otro ciudadano”, explicó el Gobierno de España en un comunicado de prensa, luego de conocer la noticia del arresto del líder catalán.
Por su parte, el Ministerio de Justicia de Italia indicó que no tiene ninguna influencia en el caso del político español y que eso está en manos del poder judicial, ante la insistencia de extradición por parte de España.
“El Ministerio de Justicia precisa que no tiene ningún papel de decisión en el procedimiento relativo a la Orden de Detención Europea, como la relativa al caso de Carles Puigdemont. El procedimiento está enteramente en manos de la autoridad judicial, tanto para la validación de la detención como para la decisión final sobre la entrega o no del detenido”, se indica en un comunicado.
De acuerdo con fuentes cercanas al exdiputado, en principio había viajado a la isla para asistir al Aplec Internacional Adifolk, un encuentro de cultura popular, mientras que después tenía planeado reunirse con alcaldes y políticos independentistas sardos; sin embargo, fue capturado en el aeropuerto, en donde permaneció recluido mientras se resolvía su situación.
El pasado 30 de julio, el Tribunal General de la Unión Europea rechazó la petición de las medidas cautelares presentadas por la defensa del catalán para evitar la suspensión de la inmunidad parlamentaria, que incluía a otros eurodiputados independentistas huidos, como Toni Comín y Clara Ponsatí.
Sin embargo, tras la decisión del alto tribunal, los tres políticos quedaron sin inmunidad parlamentaria, aunque no se veía un claro riesgo de detención por el momento, pero es importante aclarar que la orden de detención contra Puigdemont nunca se suspendió y siguió vigente desde que se expidió en 2019.
El arresto del líder independentista fue posible gracias al sistema de Registro de Nombres de Pasajeros, un software aprobado por la Comisión en 2016 que permite la identificación plena de todos los pasajeros que se mueven en la Unión Europea. A través de este mecanismo se puede saber el nombre, la identificación, el asiento, el equipaje de cualquier personas, además, si compró su tiquete en efectivo o con tarjeta de crédito, o si lo hizo en la web o por medio de una agencia de viajes. Todo esto, con el fin de identificar a posibles delincuentes o terroristas en el continente.
Esto alertó a la policía italiana, que de inmediato encendió el protocolo para capturar al expresidente catalán.
La Secretaría de Estado de Comunicación publicó un comunicado de prensa en la mañana de este viernes en el que indicó que la detención de Puigdemont “obedece a un procedimiento judicial en curso que aplica a cualquier ciudadano en la Unión Europea que debe responder de sus actos ante los tribunales”.
En entrevista con la cadena TV3 de España, Jordi Sánchez, secretario general de Junts, indicó que habló con Puigdemont y aseguró que se encuentra bien. “Está tranquilo y con el convencimiento de que una vez más la justicia española ha engañado a los tribunales europeos, al mantener activadas unas euroórdenes que no deberían estarlo”, indicó Sánchez.