El expresidente de Renault-Nissan Carlos Ghosn compareció este miércoles por primera en público desde su huida de Japón y negó las acusaciones de malversación financiera, asegurando que no tuvo más remedio que huir del país por el trato injusto que según él estaba recibiendo. "Los cargos contra mí no tienen ninguna base", dijo en una rueda de prensa en Beirut, agregando que el sistema judicial lo consideraba "presunto culpable". "Era un rehén en Japón", denunció, alegando su "inocencia". Ghosn, de 65 años, es objeto de cuatro acusaciones en Japón y denunció la "colusión por todas partes" entre Nissan y la fiscalía japonesa, sobre todo respecto a su arresto, y aseguró ser víctima de "un montaje" urdido justo cuando se disponía a organizar una fusión entre Renault y Nissan. "Me apartaron de mi familia y de mis allegados", declaró Ghosn en la que fue su primera comparecencia pública desde que llegó a Líbano, el 30 de diciembre. Ghosn fue detenido en noviembre de 2018 cuando salía de su jet privado en Japón. En abril de 2019 fue liberado bajo fianza tras haber pasado 130 días en prisión. Desde entonces estaba en arresto domiciliario y no podía salir del país a la espera de un juicio cuya fecha todavía no había sido fijada. También tenía prohibido estar en contacto con su esposa Carole, objeto de una orden de arresto de la justicia japonesa. "Yo no hui de la justicia, hui de la injusticia y de la persecución", reiteró, indicando que se presentaba ante los medios de todo el mundo para "limpiar su nombre". Según él, sus abogados le avisaron de que podrían pasar cinco años antes de que se emitiera un veredicto de su proceso, lo que, desde su punto de vista, justificaría su decisión de escapar de Japón. "Millones" en pérdidas Ghosn, que tiene nacionalidad francesa, libanesa y brasileña, se enfrenta a cuatro cargos en Japón: dos por ingresos no declarados a las autoridades bursátiles y otros dos por abuso de confianza agravado. En la rueda de prensa, Ghosn prometió aportar "documentos" que probarían su inocencia. Desde que estalló el caso, él, sus allegados y su defensa aducen que fue víctima de un "complot" preparado por Nissan, con la complicidad de las autoridades japonesas, para apartarlo de su puesto. Sin embargo, a su parecer, su arresto contribuyó en gran medida a la alianza que formaron los gigantes del automóvil japonés y francés. "La valorización de Nissan desde mi arresto bajó más de 10.000 millones de dólares. Perdieron más de 40 millones de dólares diarios durante este periodo [...] Y Renault no está mucho mejor, porque la valorización de Renault bajó, desde mi arresto, más de 5.000 millones de euros, lo que significa 20 millones de euros al día", sostuvo. Desde noviembre de 2018, la acción de Renault perdió en torno al 34% de su valor y la de Nissan, alrededor de un 38%. Horas antes de la rueda de prensa, el equipo jurídico francés de Ghosn tachó la investigación interna de Nissan de "gran deformación de la verdad". En Japón la fiscalía intentó el miércoles registrar las oficinas de uno de sus abogados, Junichiro Hironaka, y requisar varios ordenadores pero les rechazaron la entrada por la "confidencialidad entre un abogado y su cliente". Dispuesto a permanecer "mucho tiempo" en Líbano Según la prensa japonesa, Ghosn huyó tomando un avión privado en el aeropuerto internacional de Kansai, cerca de Osaka, junto a otras dos personas de nacionalidad estadounidense. Luego habría logrado eludir los controles escondido en una gran maleta metálica como las que se usan en los conciertos para transportar material. Tras una escala en Estambul para cambiar de avión aterrizó el lunes 30 de diciembre en Líbano, donde entró gracias un pasaporte francés. "Fui yo solo el que organizó mi partida", había declarado Ghosn antes de la rueda de prensa. Carole Ghosn, por su parte, aseguró que no estaba "al corriente de nada" respecto a la huida de su marido. "Estoy dispuesto a quedarme mucho tiempo en Líbano", declaró Ghosn el miércoles. Líbano, que no tiene acuerdo de extradición con Japón, recibió una demanda de arresto de Interpol. Ghosn podría comparecer ante la fiscalía, como marca el procedimiento, indicó a la AFP una fuente judicial. Japón denunció una evasión "injustificable" mientras que el fabricante de automóviles Nissan la calificó de "extremadamente lamentable". AFP