El ministro de Salud de Ucrania, Viktor Lyashko, ha informado este sábado de la muerte de 198 personas, tres niños incluidos, desde el comienzo de la invasión rusa.
Además, en su cuenta en la red social Facebook, ha indicado que 1.115 personas han resultado heridas desde el jueves y, entre ellos hay 33 niños incluidos.
Lyashko también ha resaltado que “la vida también está en apogeo” y han nacido varios niños desde que inició todo. Así, en la ciudad de Jersón, nacieron dos en uno de los hospitales de maternidad del refugio antiaéreo.
En este sentido, ha alabado a los médicos ucranianos que, junto a los militares, las fuerzas de seguridad y los equipos de rescate “están aguantando”. “Ningún hospital ha cerrado, todos están trabajando y brindando atención médica”, ha destacado, resaltando que “todos miran valientemente a los ojos del enemigo”.
El ministro aseguró en declaraciones oficiales que “nunca pensó” que buscaría chalecos antibalas para los médicos. “Pero debido a las acciones de los terroristas rusos que disparan deliberadamente contra las ambulancias, nos vemos obligados”, ha continuado.
“Los militares están defendiendo al país con las armas en la mano y el arma de los médicos es el trabajo desinteresado”, ha añadido. “Estamos listos”, ha remachado.
Civiles inexpertos defienden a Kiev
“Distribuyeron fusiles, los cargaron para nosotros y aquí estamos”, dice Yuri Kortshemni, que nunca había tenido una arma entre sus manos antes de unirse a un batallón de civiles listos para defender a Kiev metro a metro frente al enemigo ruso.
En plena invasión de su país, él, un historiador de 35 años no dudó en enlistarse. Decenas de hombres de su barrio tomaron también un fusil Kalashnikov, en un camión militar que se ha convertido en un punto de distribución repleto de cajas de armamento, explica.
Entre tanto, en Facebook y en medios de comunicación, el Ministerio de Defensa multiplica los llamados al alistamiento de urgencia en las brigadas de “defensa territorial”, una institución creada en 2015 para reforzar al Ejército regular.
Actualmente basta con tener entre 18 y 60 años y un pasaporte para enrolarse. No hace falta ningún entrenamiento.
“Nos dieron armas en una oficina de alistamiento militar. Ahora, la situación es tal que no podemos esperar una convocatoria”, explica otro voluntario, Volodímir Moguila, un electricista adulto que, tambaleándose en su abrigo, hace rodar un viejo neumático por el borde de una carretera para reforzar una barricada improvisada junto a un tanque ucraniano y, con fusil en mano, se alista para defender a su región.
Con tejanos, ropa deportiva, zapatillas o uniformes desparejados, los civiles voluntarios de “defensa territorial” son ahora omnipresentes en la capital, incluso más visibles que los militares regulares.
Para reconocerse lucen un pequeño brazalete amarillo, a veces simplemente cinta adhesiva, alrededor del brazo izquierdo.
*Con información de Europa Press.
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