Este jueves, 7 de julio, la Justicia de los Estados Unidos condenó a más de 20 años de prisión al exagente de la Policía de Mineápolis, Derek Chauvin, por violar los derechos civiles federales de George Floyd cuando oprimió con su rodilla el cuello del ciudadano afroamericano durante más de nueve minutos, evento que le ocasionó la muerte.

El expolicía de 46 años ya fue condenado a 22 años y medio de cárcel por un tribunal del estado de Minnesota, pero apeló la sentencia.

Chauvin recibió la noticia de su condena tras casi siete meses después de declararse culpable de cargos federales de violación de los derechos civiles de Floyd y por los que los fiscales federales pedían una sentencia de 25 años, la pena más alta dentro del acuerdo de culpabilidad, argumentando que el que fuera agente de seguridad abusó de su autoridad.

Sin embargo, la defensa había pedido 20 años argumentándose en que Chauvin había mostrado arrepentimiento por lo ocurrido aquel 25 de mayo de 2020 y había aceptado su responsabilidad por la muerte de Floyd, según recoge la agencia de noticias estadounidense NBC.

El exagente de Policía se encuentra actualmente cumpliendo una sentencia de 22 años y medio de prisión tras ser declarado culpable de asesinato en segundo y tercer grado, así como de homicidio involuntario en segundo grado. Esta condena federal se cumplirá simultáneamente.

Floyd fue detenido en mayo de 2020 a la salida de un establecimiento por haber utilizado un billete falso para pagar un paquete de cigarrillos. Durante el operativo, fue esposado y colocado en el suelo sobre su pecho.

Por su parte, Chauvin clavó su rodilla sobre el cuello de la víctima durante nueve minutos. Pese a los avisos de que no podía respirar y que se sentía asfixiado, el agente continuó con la acción. La muerte de Floyd, la cual quedó registrada en un video que dio la vuelta al mundo, generó una ola de indignación a nivel global.

“Realmente no sé por qué ha hecho lo que ha hecho”, dijo el juez de la Corte Federal de distrito, Paul Magnuson, al pronunciar la sentencia sobre el caso.

“Pero poner la rodilla en el cuello de otra persona hasta que muera está mal” y “debes ser castigado sustancialmente”, afirmó el juez de la Corte Federal

Durante una breve intervención, Derek Chauvin deseó a los hijos de George Floyd “triunfar en la vida”, pero no se disculpó ni expresó remordimiento.

Su madre, Carolyn Pawlenty, aseguró que él no era un racista despiadado y añadió que “todas las vidas importan, sea cual sea su color de piel”, parafraseando el lema Black Lives Matter (las vidas de los negros importan).

El hermano del fallecido Philonise Floyd reclamó “la pena máxima” para Derek Chauvin y contó que desde la tragedia no consigue dormir.

Las movilizaciones y marchas que en ocasiones derivaron en disturbios, puso nuevamente sobre la mesa el racismo sistémico en el seno de las instituciones de los Estados Unidos.

Junto a Chauvin, otros tres exagentes estuvieron presentes en la escena: Thomas Lane, Alexander Kueng y Tou Thao. Sin embargo, los tres fueron condenados en febrero por cargos federales de privar a Floyd de sus derechos civiles. Además, los dos últimos, Kueng y Tou Thao, fueron condenados por no intervenir para evitar que Chauvin hiciera uso excesivo de la fuerza.

*Con información de la AFP y Europa Press.