El pasado miércoles 13 de julio, un exempleado de la CIA fue condenado por llevar a cabo la mayor filtración de datos clasificados en la historia, de la agencia a Wikileaks.
Acusado de entregar datos clasificados a WikiLeaks en 2016, el hombre identificado como Joshua Schulte, fue declarado culpable de recopilar y transmitir ilegalmente información de defensa nacional y de obstruir una investigación criminal y un procedimiento del gran jurado, entre otros cargos, tal y como informó la cadena estadounidense CNN.
Schulte había trabajado como ingeniero informático dentro del Centro de Inteligencia Cibernética de la CIA, y creó herramientas cibernéticas que podían captar datos de los ordenadores sin ser detectados. Un juicio anterior terminó con un jurado en desacuerdo en 2020.
Por su parte, el fiscal estadounidense del Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, en un comunicado afirmó que el exempleado de la CIA tenía acceso a “algunas de las herramientas cibernéticas de recopilación de inteligencia más valiosas del país, utilizadas para luchar contra las organizaciones terroristas y otras influencias malignas en todo el mundo”, según explicó, conforme registró el citado medio.
Williams añadió que “cuando Schulte comenzó a albergar resentimiento hacia la CIA, recogió de forma encubierta esas herramientas y las proporcionó a WikiLeaks, dando a conocer al público algunas de nuestras herramientas de inteligencia más críticas”.
Los problemas de Schulte en la CIA comenzaron en el verano de 2015, cuando tuvo una disputa con la dirección y con un compañero de trabajo, y acabó presentando una orden de alejamiento contra el compañero en un tribunal estatal, según muestran los registros judiciales.
Asimismo, los investigadores han resaltado que Schulte robó herramientas cibernéticas y el código fuente y los transfirió a WikiLeaks, según los mismos registros judiciales. Luego de eso trató de cubrir sus huellas, borrando cualquier rastro de su acceso al sistema informático, han asegurado los fiscales.
Schulte abandonó la CIA en noviembre de 2016 y en marzo de 2017, WikiLeaks publicó la primera entrega de sus filtraciones de la Bóveda 7, que se originaron en dos programas a los que Schulte tuvo acceso, según muestran los registros judiciales.
WikiLeaks publicó un comunicado de prensa para acompañar la información, diciendo que los datos habían sido proporcionados de forma anónima por una fuente que quería plantear cuestiones de política, específicamente sobre si la CIA había sobrepasado sus capacidades de hackeo y excedido su autoridad.
Schulte, al parecer, también habría mentido a los investigadores de la CIA y el FBI para cubrir sus huellas, fue detenido en agosto de 2017 por cargos de pornografía infantil.
“Schulte era consciente de que los daños colaterales de su retribución podrían suponer una amenaza extraordinaria para esta nación si se hacían públicos, haciéndolos esencialmente inútiles, teniendo un efecto devastador en nuestra comunidad de inteligencia al proporcionar datos críticos a aquellos que desean hacernos daño”, manifestó Williams. Así, hizo hincapié en que “hoy, Schulte fue condenado por uno de los actos de espionaje más descarados y perjudiciales de la historia de Estados Unidos”.
Vale decir que WikiLeaks, era una página web sin ánimo de lucro, creada en 2010 por Julian Assange, un activista, programador y periodista australiano, que puso en evidencia cómo militares estadounidenses asesinaron a un periodista de Reuters, su ayudante y nueve personas más en Afganistán, creyendo que eran terroristas.
*Con información de Europa Press.