Autoridades sanitarias de la República de Argentina han encendido las alarmas después de evidenciar que en su territorio el brote epidemiológico de dengue sigue en constante crecimiento, alcanzando tales niveles que, a finales del pasado mes de marzo, se reportó un auge del 44%, y además duplicó la cifra de personas que han fallecido por cuenta de dicha enfermedad.

De acuerdo con las cifras reveladas por las autoridades, las estadísticas muestran que se han diagnosticado 28.235 casos de dengue, los cuales están ubicados en 14 jurisdicciones del país, mientras que hay un reporte de 915 casos de chikungunya, presente en 7 provincias argentinas.

La enfermedad actualmente está en 14 de las jurisdicciones de Argentina. | Foto: derechos de autor no

No obstante, de acuerdo con el reporte del Ministerio de Salud de Argentina, las cifras de la enfermedad, a finales de marzo, llegaban a 16.143 casos de contagio, de los cuales se derivó la muerte de 14 personas; lo anterior evidencia el ritmo de crecimiento epidemiológico en ese país.

De acuerdo con las autoridades sanitarias, también es importante tener en cuenta que, dentro del estudio de contagio, la mayoría de casos, cerca del 90%, derivan de contagios contraídos en el interior del territorio argentino, lo que hace centrar los esfuerzos en el control interno, y no en la prevención de llegada de pacientes infectados.

Dentro de las regiones afectadas por la enfermedad se destaca su presencia en los territorios de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Formosa, Chaco, Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja.

Pese al elevado número de casos de contagio, las autoridades de territorios como Buenos Aires también han precisado que, sin embargo, el número de personas que alcanzan niveles complejos de gravedad por la enfermedad son muy reducidos, sin que ello represente que las entidades encargadas puedan ‘relajarse’ frente a la emergencia evidenciada.

En virtud de lo anterior, las autoridades han emprendido ingentes campañas encaminadas a un objetivo primordial, que es el de eliminar las fuentes de contagio, siendo en este caso la presencia de los mosquitos responsables de la difusión del virus.

Así, los esfuerzos se basan en controles y eliminación de los lugares o escenarios en los que se puede incubar el mosco, tales como estancos con aguas reposadas, a la vez que difusión de larvicidas para eliminar los huevos de estos insectos.

El programa de prevención también ha centrado esfuerzos en visitar hogares con presencia de personas contagiadas, sobre todo en áreas o barrios vulnerables.

En un evento reciente sobre el tema, la ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, también hizo hincapié en la importancia de adelantar una sección pedagógica en medio del plan sanitario, advirtiendo la necesidad de “brindar herramientas comunicacionales para que la población sepa cómo cuidarse”.

En ese mismo sentido, y consciente quizá del riesgo del subregistro de casos frente al surgimiento de olas de la enfermedad como la que vive actualmente Argentina, la funcionaria pidió “fortalecer la notificación de casos para tener una noción más clara de la letalidad, hacer un uso adecuado y eficiente de los reactivos y los insumos para fumigar, sensibilizar a los equipos para fortalecer el manejo de casos y brindar un mensaje claro a la población”.

Conscientes de la necesidad de educar a la población sobre la enfermedad, las autoridades sanitarias de Argentina precisaron que esta es una patología viral que generalmente se transmite a través de la picadura del mosquito del género Aedes, refiriendo especialmente al Aedes aegypti. Se trata de un insecto que transmite el virus en el momento en que “se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue, lo adquiere, y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura”.

Sobre la sintomatología asociada a la enfermedad, se afirma que, además de los cuadros febriles, también se puede presentar dolor detrás de los ojos, cefalea, dolencias musculares y de articulaciones, náuseas y vómitos, niveles extremos de cansancio, aparición de manchas cutáneas, picazón, sangrado, entre otros.

La cefalea, o dolor de cabeza, al igual que los cuadros febriles y el desaliento son algunos de los principales ´síntomas de la enfermedad. | Foto: Libre de derechos

Así, el llamado, ante la aparición de síntomas, también es el acudir de manera oportuna a los médicos.

En tanto el mosquito se cría en lugares con agua empozada, dentro y fuera de las residencias, la principal estrategia se ha centrado en eliminar esos escenarios, llamando a especial cuidado con “baldes, palanganas, tambores, portamacetas, bebederos, botellas retornables, etc.”.

De igual modo, y como estrategia de barrera frente a estos animales, las autoridades también han llamado al uso de repelentes, ropa de manga larga y colores claros.

En el caso del cuidado de menores de edad o bebés, en tanto no pueden usar repelentes, se llama a la instalación de mallas o toldillos sobre cunas y coches cuando el bebé permanezca en el lugar.

En tanto a los bebés no se les puede aplicar repelente, las autoridades llaman a instalar toldillos o angeos que permitan controlar los insectos cerca a los menores. | Foto: Getty Image