La situación alimentaria en el Cuerno de África está cada día “más cerca de la catástrofe” por la falta de lluvias, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que ha advertido de que hasta 20 millones de personas podrían pasar hambre si no mejora la situación en la zona a corto plazo.

La agencia ha actualizado de esta forma sus previsiones, que hablaban inicialmente de 14 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, después de que haya pasado casi un mes desde el inicio de la temporada de lluvias y las precipitaciones sigan sin llegar.

A la situación climatológica se suman, además, los efectos colaterales de la guerra de Ucrania, ya que el Cuerno de África figura entre las regiones que potencialmente más se pueden ver afectadas por la subida de los alimentos y de los combustibles.

En Etiopía, la cesta básica de la compra ya se ha disparado un 66 por ciento, mientras que en Somalia la subida ronda el 36 por ciento. Estos países dependen en gran medida del trigo que importan de los países del mar Negro y los costes de envío en algunas rutas se han duplicado desde enero.

El tiempo se agota para miles de familias y el director del PMA para la zona este de África, Michael Dunford, ha insistido en que “actuar pronto es vital para evitar una catástrofe humanitaria”. Sin embargo, ha lamentado que la falta de fondos ha “limitado” la respuesta -la agencia ha recibido menos del 4 por ciento de los 473 millones de dólares solicitados en febrero-.

En Somalia, ya hay seis millones de personas, el 40 por ciento de la población, en situación de inseguridad alimentaria, hasta el punto de que el PMA advierte del riesgo de hambruna. En Kenia, el nivel de personas necesitadas de ayuda se ha cuadruplicado en menos de dos años y ya hay 3,1 millones en un nivel preocupante, mientras que en Etiopía el dato se eleva a 7,2 millones.

Hambre en Sierra Leona

En Kroo Bay, un barrio de chabolas de la capital de Sierra Leona con callejuelas llenas de basura, la vida ya era dura. Pero ahora, con la guerra en Ucrania, Iyesatu Turay, madre de tres hijos, asegura que ya no puede alimentar a su familia.

El alza de los precios de productos tan esenciales como el arroz, el aceite para cocinar y los combustibles se siente más duro cuando se subsiste con menos de 1,9 dólar diario, como lo hacen 43% de los habitantes de Sierra Leona, según el Banco Mundial.

“Es necesario que nos ayuden”, implora Iyesatu Turay, de 28 años, madre de tres hijos y cuyo marido perdió su empleo en la pandemia, en este lugar por donde deambulan cerdos y perros errantes.

“Con una sola comida, tarde en la noche, apenas se sobrevive”, dice. “No hay comida, agua, electricidad”, se lamenta Iyesatu Turay para quien son muy penosos la escasez crónica de agua y electricidad y el alza de los precios.

Pese a las riquezas naturales en diamantes, Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo, y tiene uno de los últimos índices de desarrollo de las Naciones Unidas, que tiene en cuenta datos económicos y otros como la esperanza de vida o el nivel de educación.

“No es que seamos responsables del alza de precios, es un problema mundial”, dijo.

Una bolsa de arroz de 50 kilos que costaba unos 27 euros se vende ahora en 32 euros, 20% más.

Los precios de los combustibles subieron vertiginosamente. La Agencia de regulación de los productos petroleros (PRA) aumentó a fines de marzo los límites máximos de la gasolina y el gasóil de 34 a 40% respectivamente con relación a enero.

El hambre, ocasionada por condiciones climáticas, la guerra en Ucrania y la crisis económica generada por la pandemia, es un preocupante panorama en el continente africano.

*Con información de la AFP y EP.