El diario The New york Times y la revista The Atlantic publicaron una investigación en la que aseguran que China está consiguiendo miles de extranjeros a través de la red social LinkedIn para convertirlos en espías. William R. Evans, director del Centro Nacional de Seguridad de Estados Unidos, le comentó al Times que los chinos tienen un ejército de “ciberdelincuentes” que envía 30.000 mensajes diarios con promesas de trabajo en China. “En vez de enviar espías a Estados Unidos para reclutar a un solo objetivo, es más eficiente sentarse detrás de una computadora”, insistió. Y no hay mejor plataforma que LinkedIn para lograrlo, pues la mayoría de sus 645 millones de usuarios busca trabajo y acepta solicitudes de amistad de desconocidos.
SEMANA habló con Charity Wright, sargento retirada del Ejército, traductora de mandarín para el Gobierno estadounidense y experta en ciberataques, acerca de su experiencia con los reclutadores chinos. Wright asegura que los agentes la persiguen desde el caso de hackeo de la Oficina de Gestión del Personal, donde al Gobierno de Estados Unidos le robaron 21,5 millones de datos, incluidos los de Charity. SEMANA: ¿Cómo se dio cuenta de que la estaban siguiendo? C.W: En 2005 conocí a un taxista chino. El hombre tenía unos 70 años y me esperaba afuera de la base militar El Presidio, en California, porque así yo podía practicar mandarín. Pronto me di cuenta de que le había contado toda mi vida. A los pocos meses, descubrimos que él pertenecía a una banda de espías chinos que operaba en California. "Suelen buscar a los desencantados y a los veteranos de guerra que no tienen un centavo". SEMANA: Pero esa es una forma distinta de operar a la de LinkedIn. ¿Qué tipo de personas buscan en las redes sociales? C.W.: Funcionarios o miembros de las Fuerzas Armadas. Por eso me han intentado atrapar más de tres veces. Me envían mensajes a LinkedIn y ofertas. China sabe que quienes se retiran de las Fuerzas Armadas conocen secretos e información sensible para la nación. SEMANA: ¿Qué sigue después de que alguien acepta viajar a China? C.W.: Intentan seducirte con incentivos y, una vez llegas allá, te piden cosas fáciles, que no parezcan peligrosas, pero luego te ofrecen más dinero por información clasificada. Suelen buscar a los veteranos de guerra, que, por lo general, necesitan el dinero. Los chinos nos prometen sacarnos de la bancarrota. SEMANA: ¿Y qué información quieren? C.W.: Están buscando informantes de calidad, preparados para revelar asuntos de tecnología y estrategia militar. Buscan a los decepcionados del sistema para que no tengan lealtad.
SEMANA: ¿Hay otros Gobiernos que utilicen la tecnología como plataforma de opresión? C.W.: China está por delante de todos los demás Gobiernos cuando se trata de usar tecnología para controlar. Pero hay otros Estados, como Rusia, que censuran a su gente. Hay un aumento definitivo del autoritarismo tecnológico en países con Gobiernos comunistas, como Vietnam. Todo el mundo, pero en especial las naciones pobres, sabe que los datos son el activo más valioso del siglo XXI. Con ellos subyugan a su población.SEMANA: Pero Estados Unidos también tiene acusaciones por espiar a su gente… C.W.: Después de que Edward Snowden expuso información, el pueblo estadounidense quiso respuestas y, por lo tanto, tuvimos que ser más transparentes. Esa es la diferencia de las democracias, las personas tienen algo que decir y, por lo general, los Gobiernos escuchan. Pero en áreas en las que a los Gobiernos les importa un bledo, roban información a diestra y siniestra sin que nadie los detenga.
SEMANA: ¿Quién debe hacer algo para detenerlos entonces? C.W.: Por ahora, las redes sociales, pues son las únicas que pueden hacerle contrapoder a los Gobiernos. Sin embargo, lo que vemos es una alianza con el autoritarismo. SEMANA: ¿Tiene miedo del nuevo poder chino? C.W.: Sí. Por ejemplo, yo no piso China ni loca porque tienen mucha información sobre mí y saben lo que he hecho con el Gobierno estadounidense. Pero las personas del común no son blanco de los espías chinos. Son víctimas del lavado de cerebros que la avanzada china hace por el mundo. Los ciudadanos no deberían tenerle miedo a internet, deberían temerles a los autoritarios, que encontraron un megáfono de sus ideas en las redes sociales. Eso es lo que no me deja dormir.