Tras las elecciones del pasado 14 de abril, el general (r) venezolano Antonio Rivero fue detenido, se declaró en huelga de hambre y, finalmente, fue liberado a mediados de mayo. Ahora la emprende, de nuevo, contra el Gobierno y la influencia que ejerce Cuba sobre la nueva cúpula militar. Semana.com: ¿Quién es Antonio Rivero? Antonio Rivero: Tuve 30 años de vida militar activa, 26 como oficial y cuatro de academia. Fui jefe de telecomunicaciones de la Casa Militar del presidente Chávez entre el 2001 y el 2003, fui director nacional de Prevención y Desastres y jefe de estado mayor superior en la Quinta Infantería de Selva en Ciudad Bolívar. Hoy soy militante y dirigente del partido de oposición Voluntad Popular.   Semana.com: ¿Cuando empieza usted a notar la injerencia de los cubanos en las Fuerzas Armadas? A. R.: Yo veo a los cubanos en Miraflores, los veo en inteligencia y comienzo a tener conversaciones con militares de qué hacían, cómo lo hacían, porque la sala situacional de Miraflores, en primer lugar, estaba bajo la responsabilidad de informática y de telecomunicaciones, que era mi área. Comienzo muy sutilmente a hacer un trabajo de captación de información con los cubanos. Algunos de ellos se convierten en disidentes y posteriormente me entregan informaciones. Tres de ellos se fueron por Colombia y desaparecieron allá. Estaban perseguidos, decían ellos, por un capitán que tenía mucha cercanía con la guerrilla colombiana. Semana.com: ¿Ese capitán participaba también de las reuniones en la sala situacional con el presidente y los cubanos? A. R.: Propiamente, con el presidente Chávez. Yo empecé a conocerlo a raíz de la situación con el empresario Boulton que liberaron. Fue por esa relación con la guerrilla que lo liberaron, porque esa relación con la guerrilla desde Miraflores se gestaba de una manera muy abierta, muy directa para el Gobierno. Además, yo tengo conocimiento de causa sobre la relación que el presidente Chávez mantenía con la guerrilla desde antes de ser presidente porque trabajé por espacio de más de tres años en zona de frontera. Esto lo digo con mucha responsabilidad, y no lo digo ahora cuando el presidente está muerto, porque yo tenía muy buena relación con Chávez. Él confiaba tanto en mí, que en alguna oportunidad llegó a confiarme su vida. Semana.com: Volvamos a la sala situacional, ¿allí se grababan comunicaciones, videos o audios de esas reuniones con los cubanos? A. R.: Hay grabaciones de esas y hay disidencia cubana que tiene elementos de eso y me los han mostrado. No me los han entregado, pero ellos lo hacen para que yo pueda verificar la veracidad de algunas de estas informaciones que he venido sacando a la luz pública. Semana.com: ¿Quiénes son esos tres cubanos disidentes que usted dice que salen para Colombia? A. R.: Eso no lo puedo decir. Sería ponerlos en riesgo. Ellos me revelaron cuándo había entrado aquí parte de ellos. Los primeros 29 llegan desde el año 1997 para hacer trabajo electoral para el presidente Chávez. Llegaron por Isla Margarita, bajo la imagen de comerciantes. Se concentraron en la parte de seguridad, informática, la parte de inteligencia y electoral del presidente Chávez. Llegó en el 98 otro grupo, y de ahí para adelante. Semana.com: ¿A usted cuándo lo sacaron de Miraflores? A. R.: En el 2002. Yo quería irme para la Gran Sabana porque ya había una persecución sobre mí en el propio Miraflores, con seguimientos, inteligencia. Como salida me enviaron a Protección Civil. No fue un cargo de mérito, me mandaron a una oficina en la que no tenía comando de tropas, tenía que atender situaciones de emergencia y mantenerme siempre ocupado. Pero ahí me convertí en una piedra en el zapato para las instituciones porque, por ejemplo, nosotros decíamos que un viaducto no tenía arreglo, señalábamos la incidencia de riesgo de colapso y a la semana se cayó. Me llamaban el profeta del desastre y me convertí en un denunciador de la ineficiencia del Estado en ejecución de obras o en ejecución de medidas preventivas para salvaguardar las vidas de las personas ante eventos naturales. Semana.com: ¿De ahí también lo sacaron? A. R.: Bueno así salí. Me fui otra vez a las Fuerzas Armadas y me dieron cargo militar, pero no me dieron comando como general de brigada, que es el rango que me corresponde. Me pusieron de segundo, jefe de estado mayor, de la Quinta División de Infantería de Selva, por encima de un general de división y se me negó la posibilidad del comando. Semana.com: Cuando usted regresó a tener contacto con tropa después de haber estado años en cargos de oficina, ¿usted vio que había una fuerza armada más política? A. R.: Empecé a ver una ideologización, el “Patria, Socialismo o Muerte”, el pintar consignas políticas. Yo no le dije esa consigna ni siquiera al presidente cuando fui ascendido a general en el patio de la academia. Todos mis compañeros se lo dijeron. Cuando yo llegué hice mi simple saludo. Eso molestó al presidente. Y después terminó de molestarse el 5 de julio del 2009, en el desfile militar de Ciudad Bolívar. Cuando llegó el presidente, se me acercó. Esa fue la última vez que crucé palabras con él. Yo no le dije Patria, Socialismo o Muerte, le dije un lema militar muy místico de la infantería de selva. Eso conllevó a mi salida posterior del cargo antes de tiempo y me mandaron para mi casa con esta inscripción: Excelente general. Cumple a cabalidad todas sus tareas pero no es un buen revolucionario. No responde al saludo Patria, Socialismo o Muerte. Solicito su cambio de la unidad. Semana.com: ¿Eso está por escrito? A. R.: Sí, por escrito. Además de eso se sabía que ya yo venía observando lo de los cubanos. Había tenido algunos impasses en algunas reuniones con otros militares y comencé a profundizar mi investigación. Como ingeniero electrónico no entendía cómo se tomaba la opinión cubana y no mi opinión ni la de los técnicos. Y la respuesta que se me daba era que si no estuvieran los cubanos acá, no haríamos los cambios que pide el presidente. Semana.com: ¿Esa era la respuesta de uniformados venezolanos? A. R.: Esa era la respuesta de un general venezolano, de un jefe de telecomunicaciones de la Fuerza Armada. Después fui a otro jefe, inclusive muy amigo mío. Y me dijo lo mismo, si los cubanos no estuvieran aquí, no se haría lo que pide el presidente. Semana.com:¿Esas órdenes de los cubanos eran orales o por escrito? A. R.: Se daban orales. Llegaba una comisión que debía ser atendida. Algunas de ellas eran por escrito, pero sin señalar quién, qué, cómo, dónde, cuándo. Ahora, y esto lo digo por primera vez, cuando llegaban los informes de las novedades nacionales, se le entregaba una copia al jefe del GRUCE, que es el grupo estratégico de cooperación externa o exterior de los cubanos. Ellos recibían esa información. ¿Qué quiere decir eso? Que recibían toda la información de algo que era considerado confidencial para el país. Si había un incidente en la frontera, por ejemplo, lo sabían los cubanos. Lo que fuera, porque son los reportes de las novedades nacionales de todas las guarniciones militares. Semana.com: ¿Eso hace parte de lo que usted termina denunciando ante la Fiscalía? A. R.: Yo hice mis denuncias en mayo del 2010. Y después, en junio del 2010, ante la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional. Inicialmente sólo di información con algunos hechos y me puse yo como testigo de esos hechos. Yo asumía la responsabilidad para que fuera investigado. Nunca fui llamado. Posteriormente, el año pasado, en julio, entregué una  serie de pruebas fotográficas, grabaciones, en virtud de que la Fiscalía no había hecho ningún proceso de investigación como tal. Semana.com: ¿Qué dice en su denuncia? A. R.: Yo señalo que hay un cuadro de oficiales de alto y medio nivel de las Fuerzas Armadas cubanas las cuales brindan asesoramiento sectorial en la Fuerza Armada venezolana a niveles estratégicos. Ese asesoramiento se daba en áreas como ingeniería militar, para la construcción de fortificaciones militares. Asesoramiento en el área de telecomunicaciones para la conformación de equipamiento y organización de las comunicaciones militares; asesoramiento en el área de ingeniería y artillería, para la conformación o adquisición y organización del armamento venezolano. Asesoramiento en las áreas logística, educativa, con preparación de unidades de francotiradores. Asesoramiento en la organización de la Fuerza Armada venezolana, de acuerdo con la nueva ley orgánica, en la cual se constituyen las regiones de defensa integral, tal cual o similar como existen en Cuba. Semana.com : ¿Es decir, el modelo militar venezolano ha ido adoptando la estructura del modelo militar cubano? A. R.: Exactamente. Pero es a partir del 2007. Y eso es lo que pido que se investigue porque llega a muy alto nivel. Y por eso el primer testigo en ser llamado en el proceso de investigación que se me sigue a mí debía ser el presidente de la República, Hugo Chávez, que en paz descanse. Porque él aceptó que los cubanos sí lo estaban ayudando, no como lo señalan ellos, sino que hay un conocimiento de muchos aspectos de seguridad y defensa, de puertos y aeropuertos, de identificación, de registros y notarías. Semana.com : ¿Cómo es posible que otro país esté controlando los registros de identificación y de propiedad venezolanos? A. R.: Es la visión de esa relación Cuba-Venezuela, la conformación de un país asociado. Venezuela asociada a Cuba o Cuba asociada a Venezuela. Semana.com: Venecuba o Cubazuela, como dicen. Aunque hay una peor, Castrosuela, pero con s, queriendo decir que Venezuela es la suela del zapato de Fidel Castro. A. R.: Es el Estado puesto al servicio de otro Estado para imponer un régimen. Como decimos nosotros en criollo, somos la chupa de Cuba, su sostenimiento económico. Ahora, el factor fundamental para que esto se consolide es el factor militar porque ningún gobierno comunista se sustenta políticamente sin la Fuerza Armada, Cuba, China, Corea del Norte, y ahora Venezuela, son el ejemplo. Ahora, se encuentran una piedra en el zapato, la muerte de Chávez. La fuerza de Chávez era incomparable con cualquier otro, no era sustituible por nadie, queda alguien muy manipulable y utilizable, como es Nicolás Maduro. Semana.com: ¿Usted cree que el cambio de cúpula militar de la semana pasada fue decidido por los cubanos y no por Maduro? A. R.: Eso no lo dudo. ¿Que viene a hacer la nueva ministra de Defensa, Carmen Meléndez? En primer lugar, quiero señalar su profesionalismo y su preparación, su pertinencia en el campo militar. Hemos sido compañeros de promoción y también trabajamos juntos en Miraflores. Ella era administradora de la Secretaría de la Presidencia, yo era jefe de telecomunicaciones y había una relación desde el punto de vista de trabajo. Sin embargo, en los últimos años, y a raíz de su relación muy cercana al presidente Chávez, también se vinculó a la relación de conocimiento o conversaciones con los Castro o el gobierno cubano. Y ahí están las fotografías con el presidente Castro. Lo otro es que Carmen Meléndez pasó a ser una mujer de muchos compromisos con el Gobierno porque ella también estuvo manejando la Tesorería Nacional. Semana.com: ¿Con el cambio de cúpula, no sólo Meléndez reemplazó al almirante Diego Molero, sino que salieron otros generales que supuestamente eran candidatos a ocupar su lugar? A. R.: Acá hay un rompimiento. Al sacar a Molero, Maduro tenía que sacar a los hermanos Alcalá. Maduro habría podido haber dejado un año más a Molero, un año a los Alcalá y otros dos a los de la promoción del 84, pero no lo hizo. Rompió el esquema. Eso nunca se había hecho en Venezuela, es histórico en la parte militar. También rompió Maduro con lo que venía haciendo Chávez desde hace 11 años, que nombraba a un general en jefe todos los años. Esta es la única promoción, la del 83, que se va de baja sin tener general en jefe, lo que puede representar una afrenta histórica para una promoción que ha sido de las más leales y cercanas a Chávez, por su participación en el golpe del 4 de febrero. Semana.com: ¿Y por qué hace eso Maduro? A. R.: Rompe eso porque ve a los militares que estuvieron en el golpe del 4 de febrero con Chávez como enemigos, especialmente en el Ejército, que es donde tiene sus mayores predios Diosdado Cabello. En esta promoción que acaba de ascender, en cambio, hay más almirantes generales que del Ejército. Semana.com: El único que queda de la promoción del 83 en la actual cúpula es el comandante de la Fuerza Aérea, Giuseppe Yeofreda, de quien se dice es muy cercano a Diosdado Cabello... A. R.: Sí, esto no debe estar dando buenos visos en la Fuerza Área. Si toda la promoción del 83 fue sacada, ¿por qué no hacerlo con la Fuerza Aérea? Creo que ahí hay una desconfianza militar muy marcada aguas abajo. Semana.com: Usted ya no es militar activo, hace parte del partido opositor Voluntad Popular y recientemente fue detenido por haber incitado supuestamente a la violencia en las protestas opositoras que hubo posteriormente a las elecciones. ¿Qué evidencia había contra usted para detenerlo? A. R.: Mostraron un video. ¿Qué digo yo en ese video? Que vamos a marchar, organizados, compactos. Que se lleve una tapa de olla y hacemos ruido, se pone pintoresco, y cuando a los muchachos les tiren piedras, que se las quiten con la tapa, a la antigua. Y que se mantengan cohesionados para evitar el desmoronamiento, y siguiendo la direccionalidad de lo que dice Capriles como líder. Eso es todo. Dígame usted dónde está el delito. Semana.com: ¿Usted ya tenía otros procesos, uno en la justicia ordinaria, a raíz de las denuncias que hizo ante la Fiscalía y otro en la justicia militar. ¿Qué ha pasado con eso? A. R.: Yo no voy a declararme culpable de traición a la patria porque me pueden dar hasta 30 años. Si ellos me acusan, implica ir a un juicio y yo presento una lista de testigos, que pueden estar en el orden de 40, uno de ellos era Chávez. Y por instancias de la defensa ellos tendrían que llamar a declarar a esos testigos. Semana.com:A Chávez ya no pueden llamarlo, ¿a qué otros testigos haría que llamaran? A. R.: Yo solicitaría por ejemplo que llamen a Leonardo Andollo Valdez como testigo, el general Valdez es el Jefe de Estado Mayor del Ejército cubano, quien está encargado de la actividad militar en Venezuela. Es quien genera los cambios, quien hace las proyecciones, las evaluaciones. Y está en Venezuela en las fotografías que yo muestro. Aquí hay una fotografía donde él está aterrizando en un avión venezolano, entrando a cuarteles venezolanos, exponiendo. Él se encarga de los jefes militares cubanos que se encuentran en Venezuela. Semana.com: ¿Qué papel cumplen esos jefes cubanos? A. R.: Son básicamente un asesor del ministro de la Defensa, un jefe del Grupo de cooperación estratégica en el exterior (GRUCE) y hay un tercer general a la orden del Comando Estratégico Operacional. El del GRUCE llegó en el 2009. Aquí en esta foto se le está haciendo una exposición de unos planes de seguridad y defensa. Algo gravísimo. Y yo no sólo tengo los las fotos, tengo las grabaciones de ellos en reuniones aquí. Semana.com: ¿Por eso cree usted que esas investigaciones no se van a mover? A. R.: Ya llevo tres años y no se ha dado. Semana.com: ¿Y qué posibilidades hay de que lo vuelvan a meter preso? A. R.: Todas porque no voy a quedarme callado. Esta es una lucha que yo considero como ciudadano, como militar, como demócrata. Aquí impera un régimen violatorio de la Constitución, de la soberanía nacional.