Al menos 14 estudiantes de una escuela secundaria de Santiago resultaron lesionados este martes luego de que uno de los alumnos detonó una bomba de ruido dentro de la sala de clases, por lo que fue detenido por la Policía.
El menor, de 17 años, fabricó la bomba utilizando “ácido muriático y papel de aluminio, que metió dentro de una botella”, declaró a medios locales Sergio Cordero, director del centro educativo en Peñalolén, en el este de la capital chilena.
Apuntó que el estudiante había aprendido a hacer el dispositivo en un video divulgado en la red social TikTok.
Tras la explosión, a la escuela llegaron equipos de emergencia, autoridades de la zona y la policía, que detuvo al causante de la explosión, dijo Cordero.
“Estamos con nuestros equipos de salud y seguridad humana, atendiendo y ofreciendo apoyo en acciones de contención. Se nos informa de lesiones leves por trauma acústico y algunas dermatológicas”, indicó la municipalidad de Peñalolén en su cuenta en Twitter.
El retorno a las clases presenciales este 2022, luego de dos años de educación por videollamada por la pandemia de covid-19, ha estado marcado por la ansiedad y casos de violencia entre estudiantes secundarios, profesores e incluso padres.
“Tenemos que hablar en contexto escolar. Es la violencia que está instalada en los barrios que se representa. Esa violencia se refleja en las distintas instancias de la sociedad. Tenemos que hacernos cargo de ello”, dijo la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao.
Los casos de maltrato físico y psicológico entre alumnos en Chile aumentaron 22 % con respecto al nivel previo a la pandemia, según la Superintendencia de Educación.
Día de protestas en Chile
Protestas y barricadas en el centro de Santiago y un llamado del presidente Gabriel Boric al diálogo para avanzar en las reformas marcaron este martes el tercer aniversario del estallido social que sacudió Chile con multitudinarias manifestaciones en reclamo de mayor igualdad.
Centenares de personas, en su mayoría estudiantes, se congregaron en las cercanías de la plaza Baquedano, epicentro de las movilizaciones y rebautizada como “plaza de la Dignidad” hace tres años.
El 18 de octubre de 2019, el aumento de la tarifa del metro en Santiago desencadenó protestas estudiantiles que derivaron en fuertes choques con policías antimotines.
Fue el detonante de un violento estallido social en todo el país, el peor desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que rápidamente se amplió contra todo el modelo económico.
Algunas de las protestas contra el entonces gobierno del derechista Sebastián Piñera incluyeron ataques incendiarios al metro capitalino y saqueos al comercio. El saldo fue una treintena de muertos y cerca de 400 personas con heridas oculares por acciones de las fuerzas de seguridad, que denunciaron también que miles de agentes resultaron heridos.
El presidente izquierdista Gabriel Boric ofreció un discurso en el que pidió un diálogo para concretar las reformas que motivaron las manifestaciones hace tres años. Aseguró que “ha habido esfuerzos” pero “todavía no concretamos las reformas que resuelvan la debilidad de los derechos sociales de los chilenos y chilenas”.
“El estallido no fue una revolución anticapitalista y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, fue una pura ola de delincuencia”, dijo.
“Fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad que la política, de la cual somos parte, no ha sabido interpretar ni dar respuestas”, agregó Boric, exlíder estudiantil que en 2019 era diputado y apoyaba las manifestaciones.
*Con información de AFP.