Gabriel Boric y José Antonio Kast serán la clave del rumbo de Chile, el domingo 19 de diciembre en una segunda vuelta sin precedentes, en la que alguno de los dos candidatos de izquierda y de derecha, respectivamente, sucederá a Sebastián Piñera en la presidencia del país austral.
Al cierre de esta edición, Gabriel Boric se posicionaba como el favorito en la mayoría de las encuestas, siempre con un porcentaje entre 50 y 54 por ciento. Pero según los seguidores cercanos a José Antonio Kast, aún es muy pronto para decir que el triunfo de Boric es inevitable y consideran que el día de los comicios el voto de opinión de derecha podrá sorprender de la misma manera que lo hicieron elecciones con resultados inesperados como el brexit en Reino Unido, el triunfo de Donald Trump y el del No al plebiscito en Colombia.
Se espera que una buena parte de los electores habilitados en Chile salga a votar el domingo, después de que en la primera vuelta apenas se consiguió 47 por ciento de participación, dando por hecho un triunfo de la abstención a pesar de que había más de 15 millones de votantes habilitados para ejercer su derecho. Pero siguiendo las tendencias de América Latina y el mundo, la participación debería aumentar de cara a la segunda vuelta, más cuando se enfrentan dos extremos muy marcados.
La pugna entre Boric y Kast implica dos propuestas de país radicalmente distintas. El primero es un exlíder estudiantil que ganó relevancia después de la ola de manifestaciones que se llevaron a cabo en 2019 y culminaron con la promesa de una nueva constitución para el país, en reemplazo de la que fue redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Así mismo, Boric dice que su ejemplo a seguir es el de un Estado de bienestar, aumentando el tamaño del mismo para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, algo parecido a lo que sucede en los países nórdicos europeos. Todo esto acompañado de un discurso ecologista y feminista. No obstante, durante las últimas semanas Boric ha tenido que hablar también de seguridad ciudadana, para aumentar sus opciones a la presidencia. Sin embargo, ha generado polémica por su propuesta de acabar el sistema de pensiones actual y, en general, de aumentar el rol del Estado chileno en la economía.
Así mismo, plantea cambios radicales en materia de educación, al proponer que de manera gradual se debe condonar toda la deuda estudiantil por formación universitaria.Y, finalmente, en tema de migración ha mostrado una posición ambigua pero mucho más liberal, pidiendo que los migrantes sean tratados desde una perspectiva de los derechos humanos.
Apoyo controvertido
En la última semana, Boric sumó un apoyo que parece fundamental para su campaña: el de la expresidenta y actual comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que anunció abiertamente que apoyará al candidato de izquierda. “No da lo mismo por qué candidato se vota, y por eso yo voy a votar por Gabriel Boric. Y quiero hacer un llamado a todos mis compatriotas a que asistan a votar respetando a los que piensan diferente”, dijo Bachelet.
Aunque este apoyo puede ser clave para las intenciones presidenciales de Gabriel Boric, en la otra orilla no fue bien recibido al ser una clara postura política de una funcionaria de la ONU. El presidente Sebastián Piñera, gran rival de Bachelet, se manifestó al respecto y le recordó que “tiene la obligación de cumplir con las normas y reglas que la ONU establece para los funcionarios internacionales”.
Desde el regreso de la democracia, en Chile siempre ha triunfado el candidato que gana en primera vuelta, y José Antonio Kast no quiere ser la excepción, después de una victoria en primera vuelta con 2 por ciento por encima de Boric. No obstante, a pesar de haber ganado la primera batalla, está lejos de ser un candidato ajeno a las polémicas.
Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Jair Bolsonaro y Donald Trump son los nombres que ha mencionado Kast como sus referentes más cercanos en política actual. Además, no ha escondido su gusto por el modelo económico impuesto por Augusto Pinochet y en ocasiones ha salido en defensa del fallecido dictador, aunque ha pedido que no se le tache de ser un candidato de extrema derecha.
El fuerte de las propuestas de Kast está dedicado a la reducción del Estado y a la disminución de impuestos, que inicialmente dijo que sería de manera inmediata, pero que luego, con el fin de suavizar el discurso, ha declarado que será gradual.
Por ejemplo, Kast propone reducir el impuesto a las empresas (de 27 a 17 por ciento), también el de valor agregado –IVA– (del 19 al 17 por ciento) y llevar a cero los tributos que pagan las pequeñas y medianas empresas. En materia de pensiones, plantea reformas más suaves, pero que incluyen aumentar la edad de jubilación.
En temas de educación, Kast marca una clara distancia con Boric, al ser contrario a una propuesta de reforma estudiantil, y abordaría una prohibición de contenidos que ha calificado como “propaganda de apoyo al aborto e ideologías de género”.
Esta misma diferencia con su contrincante la marca en asuntos relacionados con la migración, que ha sido uno de los puntos bajo los que ha basado su campaña. La propuesta que más polémica ha levantado es la de la construcción de una zanja de tres metros en la frontera norte de Chile. “Si usted hace una zanja de tres metros de profundidad y los cercos para que nadie caiga adentro y tampoco los animales, eso es factible y bastante económico”, dijo el dos veces diputado.
Si bien ambos candidatos tienen unos electorados y bases fuertes, la decisión final la va a determinar el voto de centro, equivalente al 30 por ciento, que se vio repartido entre los otros candidatos, por lo cual, además de aligerar el discurso, se han visto obligados a hacer alianzas.
Dentro de ellas se destaca la de Kast con Sebastián Sichel, cuarto en las elecciones. Mientras que Boric no pudo lograr acuerdo con ninguno de los antiguos candidatos, pero sí con varios partidos más moderados.
Una frase que puede definir lo que se viene para Chile es que escogerá al presidente más de izquierda desde Salvador Allende, o al más de derecha desde Augusto Pinochet, todo está por verse en una carrera imperdible.