La gran promesa de Gabriel Boric ha sido la promulgación de una nueva constitución política. Luego de mucha controversia, el país se alista a aprobar en un referéndum el texto de 388 artículos y 178 páginas.
Sin embargo, a tres semanas del plebiscito con voto obligatorio del 4 de septiembre, la opción Rechazo lidera las encuestas frente al Apruebo a una nueva Constitución, un borrador que entierra el modelo ultraliberal impuesto bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que dejó que la educación, la salud y las pensiones se rigieran bajo las leyes del mercado.
El nuevo texto, redactado durante un año por una Convención paritaria y con representación indígena, compuesta por 154 personas electas, busca implementar un Estado que garantice derechos sociales, como reclamó la ciudadanía en las protestas de 2019.
Los resultados de las encuestas son muy dicientes. A pesar de que son contratadas por diferentes organizaciones y entidades, las cifras están contra este cambio. Estas son nueve de ellas.
Encuesta Black & White
(28 julio)
Rechazo 57 % - Apruebo 43 %.
Diferencia 14 %
Encuesta Panel Ciudadano
(1 agosto)
Rechazo 55.1 % - Apruebo 44.9 %
Diferencia 10.1 %
Encuesta Studio Público
(2 agosto)
Rechazo 62.2 % - Apruebo 37.8 %
Diferencia 24.4 %
Encuesta Criteria
(3 agosto)
Rechazo 55.6 % - Apruebo 44.4 %
Diferencia 11.2 %
Encuesta Feedback
(3 agosto)
Rechazo 54.2 % - Apruebo 45.8 %
Diferencia 8.4 %
Encuesta Signos Smart Analitics
(5 agosto)
Rechazo 54.6 % - Apruebo 45.4 %
Diferencia 9.2 %
Encuesta Mori
(5 agosto)
Rechazo 51.6 % - Apruebo 48.4 %
Diferencia 3.2 %
Encuesta Pulso Ciudadano
(7 agosto)
Rechazo 59.8 % - Apruebo 40.2 %
Diferencia 19.6 %
Encuesta Cadem
(7 agosto)
Rechazo 56 % - Apruebo 44 %
Diferencia 12 %
La campaña para ‘Votar Informado’ es impulsada por el gobierno de Boric, favorable al cambio de modelo que propone la nueva Constitución, tras meses en que ha proliferado la desinformación sobre los contenidos del proyecto en temas tan sensibles como el derecho a la vivienda propia, la interrupción del embarazo o la independencia del Banco Central.
“Yo rechazo con esperanza”, dicen afiches a la salida de un metro, mientras en otra plaza un grafitti invita al “Entierro de Pinocho el 4 de septiembre”, en alusión al texto aprobado bajo la dictadura de Pinochet.
Los comandos de ambas opciones cuentan con espacios en televisión abierta para hacer propaganda y convencer a los 15 millones de electores. En la última semana, este espacio en horario estelar ha convocado un promedio de 40 puntos de audiencia, una marca muy elevada, comparable al capítulo final de una popular telenovela.
Esta semana se sumaron a los elogios al proyecto de nueva Constitución unos 40 prestigiosos economistas y cientistas políticos de todo el mundo. “Tomada en conjunto, creemos que la nueva Constitución crea una estructura legal que tendrá éxito en preparar a Chile para un nuevo siglo de crecimiento equitativo, con perspectivas de atraer inversión, proteger la estabilidad financiera y promover el desarrollo para todos los chilenos”, destacan estos investigadores en una carta conjunta.
Entre los firmantes figuran economistas como la italiana Mariana Mazzucato, la india Jayati Ghosh, el francés Thomas Piketty y el estadounidense James K. Galbraith.
El proyecto de Carta Magna es el resultado de un año de debates de una Convención Constitucional de 154 miembros, electos por votación popular. Fue la salida política que encontró el país para apaciguar las protestas que estallaron en octubre de 2019 en reclamo de una mayor igualdad social.
Desde el rechazo se critican los puntos más polémicos de la propuesta de nueva Constitución, como la “plurinacionalidad” o reconocimiento de diferentes naciones indígenas y pueblos originarios, introduciendo divisiones comunitarias en un país plasmado hace más de dos siglos a partir de los ideales universalistas heredados de la Ilustración.
También contempla la sustitución del Senado por una Cámara de las Regiones como mayores garantías de representatividad regional, o el establecimiento de un Consejo de la Justicia, en vez del Poder Judicial, con una justicia especial indígena.
La campaña frenética en la que está el gobierno por cuenta del referendum ha hecho que prácticamente el ejecutivo no atienda con prioridad ninguna de las otras tareas que tiene de cara al país. Muchos creen que, a seis meses de posesionarse, el presidente Boric no tiene más agenda que la nueva constitución y que no podrá avanzar en más tareas hasta que salgan los resultados.
Pero con el creciente rechazo de los chilenos en las encuestas ha surgido una pregunta. ¿Por qué el plebiscito para convocar a una nueva constitución el 25 de octubre de 2020 ganó con una aplastante mayoría del 78%, y ahora lo que prima es el rechazo?
La respuesta solo puede estar en todo lo que se ha dejado de hacer o lo que se prometió y no se ha cumplido. El país está sumido en una gran incertidumbre. La inseguridad está desbordada, y las motivaciones de ese nuevo texto que habían surgido de las masivas protestas del país (mejor salud, pensión, vivienda, etc) realmente no se están resolviendo. Muchos de estos temas fueron desplazados por temas que no son prioritarios, como la eliminación del Senado, el Estado Plurinacional, los diferentes sistemas de justicia, la restitución de tierras, entre otros.
El gobierno, que debe mantener neutralidad, imprimió 900.000 ejemplares para repartir, en la campaña “votar informado” que le ha valido acusaciones de “intervencionismo”. Pero ni eso le ha garantizado tener al pueblo a su favor.
*Con información de AFP.