En las últimas semanas la teoría que asegura que la pandemia de covid-19 se originó con una fuga de un laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan ha tomado fuerza. La hipótesis se había planteado anteriormente durante el brote mundial, pero fue ampliamente descartada y considerada como una teoría de la conspiración.

Sin embargo, recientemente volvió a ser considerada como posible debido a los informes de varios investigadores del Instituto que se enfermaron en 2019 después de visitar una cueva de murciélagos en la provincia suroccidental china de Yunnan. Por ello, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó el mes pasado a las agencias de inteligencia que investigaran el origen de la pandemia, incluida la hipótesis, que ha sido rechazada enfáticamente por el gobierno chino.

Incluso, el pasado jueves un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país manifestó, durante una conferencia de prensa, que los científicos que trabajan en el Instituto de Virología deberían recibir el Premio Nobel de Medicina por ser los primeros en descubrir la secuencia genética del coronavirus, en vez de ser culpados por la pandemia, según información del medio estatal Global Times.

Igualmente, la Academia de Ciencias de China incluyó en días pasados al Instituto como candidato a recibir un importante premio, elogiando el trabajo de los expertos Shi Zhengli y de Yuan Zhiming, sus directivos. De acuerdo con medios estatales del país asiático “el premio se otorga principalmente a personas o grupos de investigación que han logrado o demostrado logros significativos en los últimos cinco años”.

Para el medio estadounidense The National Review, que el gobierno de China insista en que el Instituto de Virología merece un reconocimiento es una muestra más que el país no tiene intención de realizar cambios tras la pandemia de coronavirus. El medio citó una entrevista reciente que dio Shi Zhengli al periódico “The New York Times” en donde defendió que los virus en murciélagos podían estudiarse en laboratorios BSL-2 porque “no había evidencia de que infectaran directamente a los humanos”.

Pero, según información de National Review, este tipo de laboratorios están diseñados para trabajar con virus “moderadamente peligrosos” como infecciones por estafilococos, hepatitis o VIH. Mientras que son “las instalaciones de nivel 4 de bioseguridad las trabajan con los virus más peligrosos, en particular los patógenos contagiosos como el ébola”, subrayó. El medio expuso alguna de las características de los laboratorios que tienen nivel cuatro de bioseguridad. Entre ellas que se deben ubicar en un lugar “extremadamente aislado, a menudo ubicado en un edificio separado o en una zona aislada y restringida del edificio”. “El laboratorio también debe contar con un suministro y escape de aire, así como sistemas descontaminación”, agrega.

Pedido de Fauci

Hace dos semanas, el asesor médico de la Casa Blanca, Anthony Fauci, instó a China a compartir las historias clínicas de nueve personas que padecieron una enfermedad similar al coronavirus antes de que comenzara la pandemia, y dijo que podrían ayudar a determinar si el virus pudo surgir de un laboratorio.

Informes recientes señalan que seis mineros se habían enfermado en 2012 y tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan habían sido hospitalizados en noviembre de 2019 con síntomas compatibles con covid-19 –aunque también con los de una “infección estacional”–, tras visitar una cueva con murciélagos.

En una entrevista publicada el jueves en “Financial Times”, Fauci dijo que estos registros médicos podrían responder preguntas cruciales sobre los orígenes de la covid-19 en Wuhan, donde comenzó la pandemia que ha matado a más de 3,6 millones de personas en el mundo.

“Me gustaría ver las historias clínicas de las tres personas que, según los informes, se enfermaron en 2019”, dijo el inmunólogo. “¿Realmente se enfermaron y, de ser así, de qué se enfermaron?”.

Fauci afirmó que es “totalmente concebible que el origen de la covid-19 esté en esa cueva” que visitó el equipo de expertos, y que “haya comenzado a extenderse naturalmente o haya pasado por el laboratorio”.

En mayo había afirmado que si bien muchos especialistas pensaban que era “más probable” que el virus sea “un evento natural”, no tenían “100 % de certeza”.