China “se esforzará por suministrar” 2.000 millones de dosis de la vacuna contra la covid-19 al mundo este año y promete una donación de 100 millones de dólares al sistema internacional Covax para los países más pobres, anunció el jueves el presidente Xi Jinping.
“Durante todo este año, China se esforzará por suministrar 2.000 millones de dosis de vacunas al mundo”, dijo el presidente chino en un mensaje escrito para un foro sobre cooperación en materia de vacunación, celebrado por videoconferencia.
Según la cadena estatal CCTV, China también prometió una donación de 100 millones de dólares para el sistema Covax, aseguró el mandatario Xi.
El número de infecciones diarias en China, impulsado por la variante delta, es el más alto en meses, lo que ha llevado a las autoridades a realizar tests masivos a la población.
El 16 de julio, el presidente Xi prometió 3.000 millones de dólares de ayuda para que los países pobres hagan frente al brote de coronavirus, en una reunión en línea con los líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
La semana pasada, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, dijo que China ya había suministrado más de 700 millones de dosis a otros países desde principios de año.
Restricción de viajeros
Esta semana también se conoció que el país asiático anunció restricciones a sus ciudadanos que viajen al extranjero en medio de una nueva ola de contagios por covid-19 en el país.
Los servicios de inmigración dejarán de expedir temporalmente pasaportes y otros documentos necesarios para viajar al extranjero “a menos que haya una razón imperiosa”, dijo a los periodistas Liu Haitao, un responsable de la oficina de inmigración.
Como se sabe, varias ciudades del gigante asiático empezaron a realizar nuevamente millones de pruebas para detectar casos de contagio entre los habitantes, luego de que el mayor brote se reportara recientemente en el aeropuerto de la ciudad oriental de Nanjing, que ya se ha expandido a una veintena de ciudades y más de doce provincias.
El pasado domingo, los reportes oficiales indicaron que China tuvo 75 nuevos casos de coronavirus, 53 por transmisión local. Se trata también de una nueva ola impulsada por la variante delta, una variación que se propaga rápidamente.
En Nanjing, ubicada en la provincia de Jiangsu, ya se han realizado tests diagnósticos a sus 9,2 millones de habitantes y se impusieron confinamientos de cientos de miles. En las grandes ciudades, incluida Pekín, se testeó a millones de residentes, se acordonaron residencias y se puso en cuarentena a contactos cercanos de personas contagiadas.
Las autoridades sanitarias informaron que su objetivo es rastrear a nivel nacional las personas que viajaron recientemente a Nanjing o Zhangjiajie, una ciudad turística en la provincia de Hunan que confinó a sus 1,5 millones de habitantes y cerró sus atracciones turísticas.
China también lucha contra otro repunte de casos en la ciudad de Zhengzhou, epicentro de las recientes mortíferas inundaciones en la céntrica provincia de Henan. Con 27 casos de transmisión local detectados, las autoridades ordenaron el domingo un testeo masivo a sus 10 millones de residentes.