Un exbanquero acusado de obtener 260 millones de dólares en sobornos y otras formas de corrupción, así como de bigamia, fue ejecutado este viernes por autoridades chinas, según informó la televisión estatal CCTV.

Se trata de Lai Xiaomin, expresidente de Huarong, una de las compañías de gestión de fondos controladas por el Estado más grandes de China, quien fue ejecutado por decisión de un tribunal de la ciudad de Tianjin (norte), según el canal oficial.

El exdirigente de uno de los conglomerados financieros más importantes de China fue condenado el pasado 5 de enero a la pena de muerte por “corrupción y bigamia”, anunció la justicia.

Las cifras son “muy importantes y las circunstancias particularmente graves y hubo claramente una intención de delinquir”, dijo en su veredicto el tribunal de Tianjin (norte).

El tribunal también lo declaró culpable de malversación de fondos públicos.

Lai Xiaomin fue condenado, adicionalmente, por bigamia ya que habría “vivido durante mucho tiempo con otras mujeres” fuera de su matrimonio, de las que tuvo hijos ilegítimos.

En enero de 2020, Lai hizo una confesión transmitida por la televisión pública CCTV donde se veían imágenes de un apartamento en Pekín supuestamente de su propiedad, con cajas fuertes y armarios llenos de fajos de dinero.

Lai Xiaomin, quien había trabajado en el Banco Central y para la agencia de supervisión bancaria, afirmó no haber “gastado ni un solo céntimo”. “No me atreví a gastar” el dinero, dijo.

Las imágenes también mostraban coches de lujo y lingotes de oro que Lai habría aceptado como soborno.

Autoridades chinas ejecutan a exbanquero acusado de corrupción y bigamia | Foto: AFP

El sector de los negocios en la mira

China lanzó una importante campaña anticorrupción en 2012, después de que el presidente Xi Jinping se convirtiera en jefe del Partido Comunista de China (PCC).

Desde entonces, se han sancionado a más de 1,5 millones de dirigentes del PCC.

Los grupos de derechos humanos denuncian la práctica en China de las “confesiones televisadas” que, según ellos, se obtienen a menudo mediante la tortura o el chantaje.

La lucha contra la corrupción, muy común entre la población, se sospecha que también sirve para eliminar a las personalidades que se oponen a la línea del presidente.

El año pasado, un ex magnate inmobiliario chino, Ren Zhiqiang, fue sentenciado a 18 años de prisión.

Se trata de una figura crítica en los ámbitos económicos y había publicado un artículo en el que criticaba la respuesta de las autoridades a la epidemia de covid-19, que apareció a finales de 2019 en Wuhan (centro).

En noviembre, el multimillonario Jack Ma, el hombre de negocios más famoso de China, también se enfrentó a la venganza de las autoridades, que detuvieron ‘in extremis’ la colosal salida a bolsa en Hong Kong del gigante de los pagos en línea Ant Group, fundado por él.

La operación habría recaudado según las previsiones más de 34.000 millones de dólares y se habría convertido en la mayor salida a bolsa de la historia.

Jack Ma había criticado públicamente a los reguladores financieros chinos por frenar la iniciativa.

Desde entonces, este exprofesor de inglés que se convirtió en el pionero del comercio online en China con su grupo Alibaba no ha sido visto en público.

Desde que Xi Jinping llegó al poder, solo un alto funcionario chino ha sido condenado a muerte, en 2016, por un caso de asesinato.

Otros también han sido condenados a muerte, pero con sentencias en suspenso, que en la práctica nunca se cumplen.

*Con información AFP