China anunció que limitará a tres horas por semana el acceso de los menores de 18 años a los videojuegos por internet para luchar contra la adicción de los jóvenes.
El regulador audiovisual, de la edición y de la radiodifusión anunció el lunes que los menores de 18 años no podrán jugar por internet más de una hora al día y solo los viernes, sábados y domingos, en total tres horas.
Las regulaciones ya prohibían a los menores jugar en línea entre las 22h00 y las 08h00. Ahora solo se permitirá jugar “entre las 8 y las 9 de la noche”, precisa el texto.
Durante las vacaciones escolares, sin embargo, se les permitirá jugar una hora todos los días. Se les exigirá, además, un documento de identidad para conectarse.
En principio, la medida solo se aplica a los videojuegos en línea y no a aquellos que no necesitan acceso a internet.
En agosto, un influyente periódico gubernamental afirmó que los videojuegos se habían convertido en “opio mental”.
El artículo señalaba además a Tencent y a su popular juego “Honor of Kings”, un éxito en China con más de 100 millones de usuarios activos diarios.
Ante esta presión, Tencent, que ya imponía limitaciones al tiempo de juego a través del reconocimiento facial para que los menores de 18 años no jugaran en las noches, limitó el acceso al juego a una hora al día.
En China, un país de 1.400 millones de habitantes, los videojuegos generaron unos 20.000 millones de dólares de volumen de negocios solo en el primer semestre de 2021.
Este lunes, ese país también fue noticia luego de que prohibiera los exámenes escritos para niños de seis y siete años, como parte de una amplia reforma de su sistema educativo para aliviar la presión sobre alumnos y padres en sus escuelas altamente competitivas.
El sistema educativo chino antes requería que los estudiantes realizaran pruebas a partir del primer año de enseñanza primaria, culminando con el temido examen de admisión a la universidad, conocido como “gaokao”, en el que una sola puntuación puede determinar la trayectoria en la vida de un estudiante.
“Los exámenes muy frecuentes (...) que hacen que los estudiantes estén saturados y bajo enorme presión” fueron suprimidos por el ministerio de Educación, según las nuevas orientaciones divulgadas el lunes.
El ministerio dijo que la presión sobre los alumnos a temprana edad “daña su salud mental y física”.
Las regulaciones también limitan los exámenes en otros años de la enseñanza obligatoria a uno por período. Las pruebas de medio período y simulacros de prueba se permiten solo en la enseñanza secundaria.
A fines de julio, China ordenó que las empresas de clases particulares se volvieran entidades sin fines de lucro, y prohibió este tipo de lecciones los fines de semana y feriados, un golpe para las finanzas del sector.
La meta es reducir la desigualdad educativa en China, donde algunas familias de clase media pagan 100.000 yuanes (15.400 dólares) o más por año en clases privadas para que sus hijos puedan entrar en las mejores escuelas.
“No hay otro país con una cultura de clases particulares tan fuerte” como China, señala Claudia Wang, encargada de educación en Asia para la firma de consultoría Oliver Wyman, de Shanghái.
Asimismo, las autoridades chinas anunciaron la semana pasada que los docentes deberán rotar de escuela cada seis años para evitar una concentración de los mejores maestros en determinados centros.
El ministerio de Educación también prohibió este año las tareas escritas para niños de primero y segundo grados, y puso un tope de no más de una hora y media de deberes para alumnos de secundaria.
Muchas familias chinas consideran la educación como una forma para progresar a nivel social.
El examen de admisión universitaria es una de las pocas posibilidades de estudiantes rurales pobres para acceder a mejores opciones educativas y perspectivas laborales.
Con información de AFP.