La invasión a Ucrania hizo que China y Rusia se acercaran mucho más. Esto queda comprobado con el incremento exponencial de los intercambios comerciales entre los dos países que en el pasado mes de mayo alcanzaron su volumen más alto, según datos oficiales publicados por las mismas aduanas chinas.
El comercio entre ambos países en mayo alcanzó los 20.500 millones de dólares, con un saldo favorable a Rusia que exportó por valor de 11.300 millones de dólares, según los datos publicados por el gobierno de Xi Jinping.
A diferencia del comercio exterior global de China, que se contrajo en mayo un 7,5 % interanual, los intercambios con Rusia se fortalecieron en la medida que Pekín trata de respaldar a su aliado golpeado por las sanciones occidentales.
China es el principal socio comercial de Rusia, con un volumen de intercambios que llegó al récord de 190.000 millones de dólares en 2022, según los datos aduaneros del gigante asiático.
Los datos también muestran un fuerte aumento del 75,6 % de las exportaciones chinas hacia Rusia en mayo, el salto más importante desde la invasión de Ucrania, iniciada en febrero de 2022.
Durante una cumbre realizada el pasado mes de marzo, sus respectivos presidentes, Xi Jinping y Vladimir Putin, abogaron por impulsar el comercio bilateral a 200 mil millones de dólares en 2023.
En este impulso juegan un papel importante las exportaciones de energía de Rusia hacia China, que deben crecer un 40 % este año, dijo el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, en mayo.
China se presenta como un actor neutral en la guerra de Ucrania, pero recibió críticas de los países occidentales por no condenar la invasión y por su alianza estratégica con Moscú.
China también siembra grandes relaciones en América Latina y Estados Unidos alertó sobre esto
China se acerca cada vez más a América Latina, causando preocupación en el Gobierno de Estados Unidos por la influencia que ejerce en la región.
Cerca de 21 países de América Latina están suscritos a la Iniciativa Belt and Road de China, una política que inició en 2013, con el mandato del presidente Xi Jinping, que consiste en financiar proyectos de infraestructura global.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta, como se traduciría en español o BRI, por su sigla en inglés, se considera una pieza central de la política exterior del gobierno de Xi Jinping. A través de este megaproyecto se propone un nuevo concepto para las relaciones internacionales de China, basado en la idea de “negociar, construir y compartir juntos”, a partir del libre comercio entre naciones.
En América Latina son 21 países los que están suscritos a esta Iniciativa. De acuerdo con el diario británico Daily Mail, los bancos estatales chinos han prestado 136.000 millones de dólares a países latinoamericanos desde el año 2005, con condiciones que los funcionarios de Estados Unidos han categorizado como “trampa en espiral”.
Uno de los proyectos que preocupa a Estados Unidos es la Estación Espacio Lejano ubicada en un área remota en la provincia occidental de Neuquén en Argentina, ya que esta pertenece a la Administración Espacial Nacional China.
El temor de Estados Unidos radica en que la estación espacial pueda ser utilizada con fines militares, por su ubicación. Se trata de una instalación secreta de 200 hectáreas, que se inauguró en 2018 a un costo de 50 millones de dólares, que incluye una poderosa antena de 16 pisos de altura.
De acuerdo con el Daily, desde el Gobierno de Estados Unidos se ha manifestado que la estación fue “acordada en secreto” y “es otro ejemplo de tratos chinos opacos y depredadores, que socavan la soberanía de las naciones anfitrionas”.