Reveladoras, así han sido las afirmaciones hechas este martes13 de de junio de 2023, por el diario The Washington Post, sobre las acciones adelantadas meses atrás por la Agencia de Inteligencia Militar de Paises Bajos; entidad de espionaje que había informado oportunamente a la CIA sobre la existencia de planes por parte de Ucrania para atentar contra el gasoducto Nord Stream, y todo lo que ello representó para Europa en términos del suministro de este importante recurso.
De acuerdo con la revelación de ese diario estadounidense, la advertencia a los cuerpos de inteligencia de EE.UU. se había realizado de forma oportuna por sus pares europeos, señalando que ello ocurrió incluso con tres meses de antelación sobre la ocurrencia o materialización de dicho plan por parte de Ucrania, con el que se buscó culpar a Rusia, y dañar así aún más su imagen en el marco de la confrontación.
Según el Post, la información sobre el conocimiento de los planes ucranianos por parte de la CIA, fue revelada gracias a la existencia de una filtración de información realizada a comienzo de 2023, a través de un técnico informático adscrito a la Guardia Nacional Aérea estadounidense, quien en medio del desarrollo de sus funciones, logró acceso a esa información.
Así, según recoge el referido medio de Estados Unidos, los documentos conocidos por el funcionario estadounidense, daban cuenta de la alerta por parte de un servicio de inteligencia europeo, que en la comunicación se expresa como ‘no especificado’.
La información por parte de esa entidad, fue entregada a la CIA en el mes de junio de 2022, en medio de las tensiones por la invasión de Rusia a Ucrania, y previo al estallido de la tubería submarina. Así, la revelación de esa información abre un cuestionamientos sobre el por qué de la inoperancia de la inteligencia norteamericana para eventualmente poder haber impedido la ocurrencia de dicho atentado, y con ello las respectivas consecuencias que ello conllevó.
Las tuberías del gasoducto Nord Stream 1 y 2, eran las vías para el suministro de gas natural proveniente de Rusia hacia Alemania, y su estallido derivó en la existencia de una ingente problemática de escasez del recurso natural, afectando todos los escenarios de la vida de los europeos que dependen del uso del gas; incluida la calefacción y otras actividades.
Además de las consecuencias del paro en el suministro para los europeos, la afectación al gasoducto también derivó en el cese de pagos e ingresos para Rusia, derivados de la contraprestación por la administración de ese recurso.
La revelación de esta información despierta ahora una ola de indignación frente a la inteligencia de Estados Unidos, más aún si se tiene en cuenta que estuvo en sus manos la prevención de las explotaciones consideradas coma atentado contra esa importante red de suministro, en momentos en que el gas tomaba un especial protagonismo porque la guerra en Ucrania además había referido el recrudecimiento de la situación energética en Europa agravada también por el alza desmesurada, en su momento, de los precios del petróleo.
Si bien en su momento se había culpado de lo ocurrido a varios países, incluidos Ucrania , Rusia y Estados Unidos, la reacción de esos gobierno fue dar la espalda y optar por la negación frente a su papel como determinadores de lo acaecido.
Si bien se tilda a Estados Unidos, sobre todo a la CIA de haber obrado de manera irresponsable frente a la información, en tanto hubiese podido actuar para prevenirlo, los documentos revelados en torno del caso, también dejaron en evidencia que las autoridades estadounidenses sí habían dado parte de ello a sus pares de Alemania, llamando a que se tomaran medidas.
En las revelaciones del Post, también se afirma que se sabía de antemano que no se trataría de un hecho aislado, sino que por el contrario fue de una acción decidida y debidamente planeada por Ucrania, llevando incluso a que esta estuviera supervisada de manera personal por el propio general Valerii Zaluzhnyi, comandante del Ejército de Ucrania.
Sin embargo, quedó en entredicho si la acción planeada desde los cuerpos militares contaba o no con el conocimiento del mandatario ucraniano Volodimir Zelenski, quien llegó al poder como un offsider, pues originalmente llegó desde el mundo del espectáculo, siendo realmente un actor que probó suerte en las urnas y ganó, teniendo que asumir las riendas de su país poco antes del estallido de la guerra que lo tiene como protagonista.
Sobre la operación de daño al gasoducto, se informó que esta estuvo a cargo de un equipo conformado por seis unidades que empleó pasaportes falsos para llegar a puerto alemán, y desde allí emprender un velero para adentrarse en el mar y realizar el correspondiente daño en el gasoducto.
Si bien esa información sería absolutamente reveladora sobre la participación de Ucrania en el atentado, también es puesta en entredicho por otras fuentes entre las que se cuentan afirmaciones de medios daneses que culpan a Rusia de lo ocurrido señalando que en la fecha de la ocurrencia del atentado contra el gasoducto, en la zona se vio un barco de bandera rusa, por lo que se le atribuye responsabilidad a ese país.