La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) celebró la excarcelación de las 222 personas privadas de la libertad por motivos políticos en Nicaragua; no obstante, cuestionó la deportación y “privación arbitraria” de la nacionalidad por parte del Estado de estos presos.
La CIDH ha reconocido en un comunicado que la excarcelación “pone fin a años de encierro arbitrario, bajo condiciones deplorables de detención, por ser consideradas opositoras al Gobierno, ejercer legítimamente las libertades fundamentales de expresión, reunión y asociación, así como la defensa de los derechos humanos”.
La organización ha manifestado que repudia, no obstante, que estas excarcelaciones hayan venido aparejadas de la privación arbitraria de la nacionalidad nicaragüense, con lo cual la mayoría de las 222 personas liberadas estarían en situación de apátrida. La comisión también ha puesto de manifiesto las múltiples violaciones de los derechos humanos de los que fueron víctimas esas personas durante varios años.
“La Convención Americana consagra el derecho a la nacionalidad y establece expresamente una garantía contra su privación arbitraria; y los principios interamericanos sobre los derechos de las personas migrantes establecen que toda persona tiene un derecho inderogable a tener una nacionalidad y no ser apátrida, a conservar su nacionalidad, no pudiendo denegarse, perder o ser privada arbitrariamente de ella”, ha recordado la CIDH en su misiva.
En este sentido, la organización ha reconocido que la nacionalidad constituye “un derecho inderogable de todas las personas”, y la privación arbitraria de la misma, especialmente como pena o sanción por motivos políticos, resulta “contraria al Derecho Internacional de los Derechos Humanos”.
Por ello, la CIDH ha urgido a Nicaragua a garantizar el pleno acceso y goce del derecho a la nacionalidad, así como a adoptar medidas para prevenir y erradicar la apatridia, para lo cual ha pedido al Estado derogar las recientes modificaciones legislativas contrarias a los estándares internacionales e interamericanos.
Asimismo, ha hecho un llamamiento a los Estados de la región a adoptar o fortalecer los mecanismos de cooperación regional y de responsabilidad compartida que permitan atender y reconocer a las personas apátridas y consecuentemente, otorgarles la protección especial que requieren.
Estados Unidos pide la “liberación inmediata” del obispo Rolando Álvarez, encarcelado por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua
Estados Unidos pide “la liberación inmediata” del obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión en Nicaragua, afirmó este lunes un portavoz del Departamento de Estado, que afirma que la excarcelación de 222 presos opositores “no fue una panacea”.
“Condenamos esta acción del gobierno de Nicaragua y pedimos la liberación inmediata del obispo Álvarez”, afirmó Ned Price, cuatro días después de que el prelado rechazara irse a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país.
Un tribunal condenó al obispo a 26 años y cuatro meses de cárcel y al pago de una multa de 1.600 dólares, además de privarle de su nacionalidad nicaragüense y de sus derechos ciudadanos a perpetuidad.
La semana pasada “dejamos muy claro” que la liberación de esos presos políticos “es un paso bienvenido, fue un paso constructivo, pero de ninguna manera fue una panacea para las muchas preocupaciones que tenemos respecto al régimen” del mandatario Daniel Ortega, “incluyendo la represión y opresión que sigue ejerciendo contra su propio pueblo”, insisió Price.
Centenares de opositores fueron detenidos en Nicaragua en el contexto de la represión que siguió a las protestas que estallaron en 2018 contra Ortega, en el poder desde 2007 y reelegido sucesivamente en elecciones puestas en entredicho.
“Seguimos pidiendo la liberación de las personas encarceladas en Nicaragua por ejercer sus libertades fundamentales y seguimos firmes en alentar al gobierno a restaurar las libertades civiles y la democracia para el pueblo nicaragüense”, añadió Price este lunes.
El viernes, un día después de la excarcelación y deportación de los opositores, privados de sus derechos políticos y despojados de su nacionalidad, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, habló por teléfono con su homólogo nicaragüense Denis Moncada sobre “la importancia del diálogo constructivo”. El gobierno de Ortega se ve sometido a fuertes presiones de la comunidad internacional y a sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE).