Científicos chilenos comunicaron recientemente un descubrimiento que puede llevar al lector a indagarse sobre cuán lejos estaría el ser humano de conocer los misterios que engloba el planeta Tierra. Los restos de un elefante que data de más de 12.000 años de antigüedad es una muestra de ella.
El hallazgo tuvo lugar específicamente en las inmediaciones del lago Tagua-Tagua, en el sur de Chile, y corresponde a los Gomphotheres, una familia extinta de los elefantes modernos. Esta deambulaba por el sur del país austral hace miles de años y podría haber sido objeto de cacerías grupales de parte de los habitantes de esa zona.
“La hipótesis con la que estamos trabajando es que se trata de caza, eventos de caza. Pensamos esto porque el Gomphothere es un animal muy grande y peligroso, y probablemente necesitaría de varias personas”, explicó el arqueólogo Carlos Tornero.
Estos mamíferos placentarios podían llegar a pesar hasta cuatro toneladas y alcanzar los tres metros de alto. Los científicos esperan que este descubrimiento les ayude a analizar el impacto del hombre en la región y también cómo el clima (y sus cambios) afectó a los animales que habitaban la zona en ese tiempo.
“Podemos obtener mucha información de aquí, por ejemplo, con respecto al cambio climático, cómo afectó a los animales”, así como “la influencia que los humanos tuvieron en el medio ambiente está muy en línea con lo que está sucediendo ahora en términos del medio ambiente”, aseguró la arqueóloga Elisa Calas.
Descubren restos fósiles de dinosaurio en Portugal
Toda una sorpresa se llevó un hombre en Portugal, luego de que encontrara en el patio de su vivienda lo que para expertos podrían ser los restos fósiles del dinosaurio más grande de Europa. El hallazgo se produjo en 2017, pero fue a comienzos del mes pasado que se llegó a la caja torácica.
Mientras tanto, se mantiene la expectación sobre lo que el mundo aún está por revelar y en el momento más inesperado.
Expertos de Portugal y España empezaron las tareas para desenterrar, con el mayor de los cuidados, los restos en Pombal, centro de Portugal. El equipo publicó fotografías durante los trabajos de excavación que se adelantaron entre el primero y el 10 de agosto.
Los paleontólogos aseguran que el dinosaurio pudo llegar a tener unos 25 metros de longitud, unos 12 metros de altura y engrosar la lista de los restos más grandes que jamás se hayan visualizado en el Viejo Continente.
De acuerdo con la universidad, el animal se correspondía con un saurópodo, un grupo de dinosaurios herbívoros (de cuatro patas) que se distinguían por sus cuellos y colas largas. Las primeras indagaciones apuntan a que pertenecía al género brachiosaurus (presente hace unos 145 millones de años).
Estos vivían en los períodos conocidos como Jurásico Superior y Cretácico Inferior. En griego, el nombre brachiosaurus significa “lagarto de brazo” en alusión a que las extremidades anteriores eran mucho más largas que las traseras.
De acuerdo con la cadena CNN, la investigadora de la Universidad de Lisboa, Elisabete Malafaia, dijo en un comunicado que no era “habitual encontrar todas las costillas de un animal como este, y mucho menos en esta posición, manteniendo su posición anatómica original”.
En el texto se destaca que “este modo de conservación es relativamente infrecuente en el registro fósil de dinosaurios, en particular de saurópodos, del Jurásico superior portugués”.
Este descubrimiento forma parte de una investigación en curso que empezó oficialmente en 2017, mismo año en el que se desarrolló la primera excavación.