A pesar de que el proceso de vacunación contra la covid-19 avanza en el mundo, el virus continúa siendo una amenaza latente, por lo que el desarrollo de nuevas vacunas sigue siendo algo esencial para frenar la estela de muerte y contagios en varios países.
Se trata de vacunas contra el coronavirus basadas en proteínas. Sobre ello, un equipo de la División de Pediatría de la Universidad de Australia reveló en The Lancet un estudio que se encuentra en fase 1 y es el primero en humanos, orientado a la búsqueda de dosis y de justificación de adyuvantes en testeos de una vacuna de proteína de subunidad de pico trimérico estabilizada (SCB-2019).
Según los expertos, dicha vacuna se diferencia de las ya aprobadas en que utiliza un proteico estabilizado como antígeno. Para el estudio, los científicos utilizaron Trimer-Tag, una proteína derivada del extremo C del procolágeno de tipo I humano, que conserva la conformación trimérica de la proteína espiga del SARS-CoV-2.
Además, los investigadores evaluaron tres dosis de proteína (3 μg, 9 μg o 30 μg) sola o con una dosis fija de AS03, un adyuvante de aceite en agua o el agonista de TLR9 CpG combinado con Alum (CpG / Alum).
A su vez se ha indicado que esta nueva generación de vacunas requiere de dos dosis, es decir, es similar a algunas aprobadas actualmente, y deben ser administradas en un intervalo de 21 días. También se indicó que son estables durante al menos seis meses a una temperatura de 2 a 8 ° C.
Durante el proceso de estudio los investigadores evaluaron la seguridad y reactogenicidad de la vacuna en 151 adultos sanos agrupados por edad (adultos más jóvenes de 18 a 54 años y adultos mayores de 55 a 75 años). De los participantes, 42 % eran hombres y 58 % mujeres y la vacuna fue bien tolerada en ellos, algo favorable para los científicos respecto a las ya aprobadas.
Una fortaleza de este estudio es la incorporación de la referencia 20/130 del Instituto Nacional de Estándares Biológicos y Control (suero convaleciente de un donante con niveles y Ig estandarizados), reforzada por muestras de suero de pacientes convalecientes que fueron hospitalizados con coronavirus o que solo requirieron tratamiento ambulatorio.
Sobre lo anterior se explicó que la incorporación de estándares de referencia es absolutamente imperativa para que los ensayos clínicos de la vacuna contra el SARS-CoV-2 avancen, debido a la variabilidad en los de anticuerpos neutralizantes y de unión entre diferentes organizaciones.
A propósito de vacunas contra la covid-19, los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) examinaron este lunes la de AstraZeneca, cuya eficacia se cuestiona ahora en las personas de mayor edad y contra la variante sudafricana del virus, haciendo incluso que ese país suspendiera temporalmente su campaña de inmunización.
La vacuna AstraZeneca/Oxford, que el Reino Unido fue el primero en administrar de forma masiva en diciembre, ya fue aprobada por otras naciones y por la Unión Europea (UE). Sin embargo, debido a la falta de datos sobre su eficacia en la población de edad más avanzada, algunos gobiernos decidieron recomendar su uso para personas de menos de 65 años, o incluso de 55, como en España.
De hecho, el domingo Sudáfrica suspendió el inicio de su programa de vacunación, que tenía que empezar estos días con un millón de dosis de AstraZeneca/Oxford, después de que un estudio revelara su eficacia “limitada” contra la variante local del virus.