La Iglesia ortodoxa ucraniana, hasta ahora afiliada a Moscú, anunció este viernes la ruptura de sus lazos con Rusia debido a la invasión de Ucrania, declarando “plena independencia” en un histórica decisión contra las autoridades religiosas rusas.
“No estamos de acuerdo con la posición del patriarca Kirill de Moscú... sobre la guerra”, dijo la Iglesia en un comunicado, tras un concilio dedicado a la “agresión” de Rusia contra Ucrania, donde se declaró la “plena independencia y autonomía de la Iglesia ortodoxa ucraniana”.
Esta decisión se da luego de que el patriarca ruso Kirill hubiese expresado un claro apoyo a la ofensiva rusa en Ucrania; operación especial que desplegó el Kremlin desde hace más de tres meses en ese territorio.
“El Consejo condena la guerra como una violación del mandamiento de Dios ‘No matarás’ y expresa sus condolencias a todos los que han sufrido en la guerra”, dijo la Iglesia Ucraniana a través de un comunicado, en el que también se aclara que sus relaciones con los dirigentes de Moscú habían sido “complicadas o inexistentes” desde que se declaró la ley marcial en Ucrania, añadió.
El Consejo también pidió tanto a Ucrania como Rusia “seguir con el proceso de negociación” y buscar una manera de “parar el derramamiento de sangre”.
Tras conocerse la decisión del ala ucraniana, la Iglesia ortodoxa rusa, a través de un comunicado emitido por su portavoz, Vladimir Legoida, en Telegram, dijo que “no había recibido una declaración oficial de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana” y que no podía hacer comentarios,
Legoida aseguró que la Iglesia ortodoxa ucraniana se encontraba en “una posición muy difícil y bajo muchas presiones: de las autoridades, de los complotistas, de las personas de mentalidad nacionalista... y de los medios de comunicación”, acusando a “fuerzas externas de intentar destruir la unidad de la Iglesia ortodoxa rusa”.
Ucrania ha estado bajo el liderazgo espiritual de Moscú durante cientos de años, desde al menos el siglo XVII.
El anuncio marca el segundo cisma ortodoxo en Ucrania en los últimos años, ya que parte de la Iglesia ortodoxa ucraniana se separó de Moscú en 2019 por la anexión rusa de Crimea y el apoyo proporcionado a los separatistas prorrusos en el este del país.
La invasión de Putin y el apoyo de Kirill a la misma habían colocado a la iglesia respaldada por Moscú en Ucrania en una posición cada vez más delicada.
Cientos de sus sacerdotes firmaron en las últimas semanas una carta pidiendo que Kirill se enfrente a un tribunal religioso por la guerra.
El metropolitano Onufriy, líder de la iglesia ortodoxa en Ucrania, no se ha pronunciado personalmente contra su jefe en Moscú.
Pero desde la invasión ha expresado un claro apoyo al ejército ucraniano, dando regularmente sermones sobre sus soldados caídos.
A principios de la guerra, también propuso realizar una procesión de Pascua hacia la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur, para rescatar a los soldados ucranianos atrapados en la acería de Azovstal.
En ese mismo sentido, y en una clara muestra de respaldo a la resistencia ucraniana, las parroquias de la iglesia respaldada por Moscú también han servido de refugio contra los bombardeos rusos.
No está claro si sus clérigos se unirán a los que se separaron en 2019, que ahora juran lealtad al patriarca Bartolomé de Estambul.
Ucrania es clave para la Iglesia ortodoxa rusa, ya que allí se encuentran algunos de sus monasterios más importantes.
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