Un ciudadano en Singapur fue condenado a seis semanas de cárcel por no utilizar el tapabocas e increpar a las autoridades por hacerle tal exigencia. Benjamin Glynn fue arrestado después de que imágenes suyas sin tapabocas en un tren se volvieran virales en su país. Posteriormente, el hombre de 40 años de edad increpó a la Policía enviada para arrestarlo y se negó a cubrirse la cara.

Según los informes, Glynn se presentó ante la Corte, también sin tapabocas, y describió el proceso como “absurdo” y “repugnante”, al tiempo que dijo que las mascarillas o tapabocas no eran efectivas para prevenir la propagación de la covid-19. Dados sus argumentos, el juez a cargo del caso ordenó una evaluación psiquiátrica, que concluyó que Glynn estaba en condiciones de continuar con el caso.

El miércoles anterior fue condenado por violar las reglas de covid-19, por su comportamiento hacia la Policía y por causar molestias públicas. Un funcionario de la Corte confirmó el jueves a la Agencia France-Press la pena de cárcel y dijo que los hechos se remontan al 19 de julio pasado. Glynn llevaba dos semanas detenido, en el marco de su condena, y este miércoles fue sacado de prisión para ser deportado a Inglaterra, su país natal, según el periódico Straits Times.

De acuerdo con el citado medio, el ciudadano ya tenía previsto regresar a su país, pero lo deportaron dos semanas antes de lo previsto. De igual forma, informó que él trabaja con una empresa contratista británica que tiene operaciones en Singapur.

La pandemia del nuevo coronavirus ha provocado al menos 4.392.364 muertos en el mundo desde que la oficina de la OMS en China dio cuenta de la aparición de la enfermedad en diciembre de 2019, según un balance establecido por la citada agencia AFP este jueves a partir de fuentes oficiales.

Desde el comienzo de la epidemia, más de 209.192.770 personas contrajeron la enfermedad. La gran mayoría de los enfermos se recupera, pero una parte aún mal evaluada conserva los síntomas durante semanas o, incluso, meses. Las cifras se basan en los reportes comunicados diariamente por las autoridades sanitarias de cada país y excluyen las correcciones realizadas ‘a posteriori’ por los diferentes organismos de estadística que concluyen que la cantidad de decesos es mucho más importante.

La OMS estima incluso que si se tiene en cuenta la sobremortalidad vinculada a la covid-19, directa e indirecta, el balance de la pandemia podría ser dos a tres veces más elevado que el registrado oficialmente. Una parte importante de los casos menos graves o asintomáticos sigue sin detectarse a pesar de la intensificación del testeo en numerosos países. El miércoles se registraron en el mundo 9.752 nuevas muertes y 678.470 contagios.

Los países que más fallecidos registraron según los últimos balances oficiales son: Indonesia con 1.492, Brasil (1.064) y México (940). La cantidad de muertos en Estados Unidos asciende a 624.253 con 37.155.209 contagios. Después de Estados Unidos, los países con más víctimas mortales son: Brasil, con 571.662 muertos y 20.457.897 casos; India, con 433.049 muertos (32.322.258 casos); México, con 250.469 muertos (3.152.205 casos), y Perú, con 197.659 muertos (2.137.295 casos).

Entre los países más golpeados, Perú registra la mayor tasa de mortalidad, con 599 decesos por cada 100.000 habitantes, seguido de Hungría (311), Bosnia (296), República Checa (284), Brasil (269) y Macedonia del Norte (268). El jueves a las 10H00 GMT y desde el comienzo de la epidemia, América Latina y el Caribe sumaban 1.413.850 fallecidos (42.353.426 contagios), Europa 1.227.474 (61.179.475), Asia 740.093 (48.017.700), Estados Unidos y Canadá 651.011 (38.613.947), África 186.486 (7.377.230), Oriente Medio 171.849 (11.547.970) y Oceanía 1.601 (103.029).