La terrible tormenta invernal que causó la muerte de al menos 50 personas en Estados Unidos el fin de semana de Navidad comienza a dar señales de amainar al tiempo que aparecen historias de familias atrapadas durante días en lo que llaman la “tormenta de nieve del siglo”.
El número de muertes atribuidas a la tormenta de nieve, la mayoría en accidentes de tráfico, aumentó a por lo menos 50 después de que las autoridades confirmaran otro fallecimiento en el condado de Erie, en el oeste de Nueva York, epicentro de la crisis.
“Desafortunadamente, la policía espera que ese número aumente”, tuiteó Byron Brown, alcalde de Buffalo, la ciudad más grande del condado, que ha estado paralizada durante cinco días por bancos de nieve que superan el metro de altura y cortes de energía, y donde se pronosticaron más nevadas el martes. Kathy Hochul, gobernadora del estado de Nueva York y oriunda de Buffalo, describió las secuelas de la tormenta como “una zona de guerra”.
A medida que las temperaturas caían en picado, los viajeros y algunos residentes que huían de sus hogares helados quedaron atrapados en las carreteras, sin poder ser rescatados. La familia de Anndel Taylor, una residente de Buffalo de 22 años, dijo que murió en su automóvil después de quedarse atascada en el camino a casa desde su trabajo. Un video enviado por Taylor y publicado por su hermana muestra su vehículo cubierto de nieve hasta las ventanas.
Los servicios de emergencia, que se quedaron atascados al intentar rescatarla, la encontraron muerta 18 horas después, posiblemente debido a una intoxicación por monóxido de carbono, dijo su familia en Carolina del Norte a la estación de televisión local WSOC-TV.
Un padre contó haber estado atrapado en su vehículo, en las calles de Buffalo, con sus cuatro hijos pequeños durante 11 horas antes de ser rescatados, según The New York Times. Zila Santiago, de 30 años, contó que mantuvo el motor en marcha para calentarse y les dio a sus hijos un poco de jugo que encontró en su baúl. Finalmente, fueron rescatados al amanecer por un quitanieves que pasaba.
“Se espera que las temperaturas se moderen en el medio oeste y el este durante los próximos días”, dijo el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en su informe el martes temprano, pero advirtió que persistirían “condiciones de viaje localmente peligrosas”.
La tormenta con fuertes borrascas de nieve, vientos huracanados y temperaturas bajo cero forzó la cancelación de casi 20.000 vuelos en los últimos días, incluidos casi 4.700 el martes, según el sitio de seguimiento FlightAware. La mayoría de las cancelaciones del martes fueron en Southwest Airlines, que canceló más del 60 % de sus vuelos debido a problemas logísticos relacionados con su red de rutas.
El Departamento de Transporte tuiteó que estaba “preocupado por la tasa inaceptable de cancelaciones de Southwest” y que examinaría si la compañía está “cumpliendo con su plan de servicio al cliente”. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó el lunes una declaración de emergencia para el estado de Nueva York, liberando fondos para ayudarlo a recuperarse del desastre, informó la Casa Blanca.
El aeropuerto internacional de Buffalo permanece cerrado hasta el miércoles por la mañana y la prohibición de conducir sigue vigente para la ciudad y gran parte del condado de Erie. “Pueden salir y caminar para ver a los vecinos, ir a abrir tiendas, etc. Pero no manejen”, advirtió el responsable del condado de Erie, Mark Poloncarz, en un tuit.
Bill Sherlock, residente de Buffalo desde hace mucho tiempo, dijo a la AFP que su casa había recibido más de un metro de nieve, pero que tuvo suerte de haber tenido electricidad y una buena provisión de alimentos durante todo el fin de semana.
Los menos afortunados “probablemente tuvieron la peor Navidad de sus vidas”, dijo el abogado de 38 años, consciente de que algunas casas en su vecindario no tienen electricidad desde el viernes. Sherlock pasó tres horas sacando nieve de su camino de entrada y va a esperar otro día antes de aventurarse más lejos, por primera vez en casi una semana: “No iremos a ningún lado a menos que tengamos que hacerlo”.
Inundaciones menores
El NWS pronosticó áreas aisladas de nieve en el oeste de Nueva York el martes, pero se vislumbraba un deshielo. Se pronosticó un respiro de temperaturas más cálidas de alrededor de 10º C para el próximo fin de semana, aunque las autoridades advirtieron que el derretimiento de la nieve podría provocar inundaciones menores.
A finales de la semana pasada se registraron temperaturas bajo cero en 48 estados de Estados Unidos, incluidas comunidades de Texas a lo largo de la frontera con México, donde algunos migrantes recién llegados tenían dificultades para encontrar refugio.
En un momento del sábado, casi 1,7 millones de hogares se quedaron sin electricidad por la tormenta, según el sitio especializado poweroutage. El hielo en las carreteras también llevó al cierre temporal de algunas de las rutas más concurridas del país, incluida la Interestatal 70, que atraviesa buena parte de Estados Unidos de este a oeste.
La gobernadora Hochul tuiteó el martes que la reapertura de varias carreteras clave en Nueva York, así como los cruces fronterizos hacia Canadá, eran “una señal de que finalmente estamos dando la vuelta a esta tormenta única en una generación”.
Con información de AFP.