Mientras los medios y agencias internacionales continúan registrando el colapso de hospitales en China tras la nueva ola de coronavirus, desatada luego del levantamiento de algunas de las medidas sanitarias que se tenían por la política de cero tolerancia a la enfermedad, pero que provocaron las históricas manifestaciones por las estrictas cuarentenas y restricciones a la población.
El Gobierno chino ha venido batallando además con los efectos en la diplomacia que tuvo el repunto de contagios, pues mientras la Unión Europea insta a Pekín a ser transparente con las cifras sobre nuevos positivos, fallecidos y enfermos en cuidados intensivos que se tienen por la covid-19, desde la administración del país asiático se ha pedido que no se interpongan restricciones a sus ciudadanos, dado que este tipo de picos no sería diferente al de otros países.
Los hospitales chinos están abrumados por una ola de enfermos, en su mayoría ancianos, los crematorios están saturados y muchas farmacias carecen de medicamentos contra la fiebre. Sin embargo, las autoridades informan de muy pocas muertes relacionadas con la covid-19, después de un controvertido cambio de metodología para contabilizar las víctimas.
En la actualidad, solo se incluyen en las estadísticas las personas que mueren directamente por insuficiencia respiratoria relacionada con el coronavirus. Este cambio de metodología significa que un gran número de decesos ya no se registrarán como causados por la covid-19.
Un ajuste que no refleja la situación para muchos expertos y la Organización Mundial de la Salud. “Creemos que esta definición es demasiado estrecha”, dijo el miércoles el doctor Michael Ryan, responsable de la gestión de emergencias sanitarias en la OMS. “Las cifras actuales publicadas por China subestiman el impacto real de la enfermedad en términos de admisiones hospitalarias, admisiones a cuidados intensivos y sobre todo en términos de muertes”, dijo.
“Seguimos pidiendo a China datos más rápidos, regulares y fiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación del virus más completa y en tiempo real”, destacó el miércoles el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Por su parte, este jueves en Pekín una portavoz de la diplomacia china, Mao Ning, respondió “esperamos que la OMS mantenga una posición basada en la ciencia, objetiva e imparcial y desempeñe un papel activo en la respuesta mundial a los desafíos de la epidemia”.
Desde el comienzo de la pandemia, China se opone a todo lo que considera una politización de la crisis sanitaria. “Desde la aparición de la epidemia, China comparte información y datos fiables con la comunidad internacional de manera abierta y transparente”, destacó la portavoz.
China, con una población de 1.400 millones de habitantes, solo registró 23 muertes debidas a la covid-19 desde diciembre, a pesar de una ola de contaminación sin precedentes en los tres últimos años en el país. Incluso, muy a pesar del repunte epidémico en Pekín, las autoridades cesarán el domingo las cuarentenas obligatorias a la llegada a China y permitirán nuevamente a los chinos viajar al extranjero.
La frontera entre Hong Kong y China continental, prácticamente cerrada durante casi tres años, se volverá a abrir a los viajeros a partir del domingo. Aunque a nivel internacional se han instaurado medidas de precaución, como en Estados Unidos y una decena de otros países que anunciaron que exigirán pruebas negativas para los pasajeros procedentes del país asiático.
Mientras tanto, desde este jueves, Estados Unidos exige a la entrada del territorio una prueba covid negativa, realizada obligatoriamente 48 horas antes de la salida de China. Francia, Italia, Alemania y España adoptaron una medida similar. Tailandia, por su parte, decidió no hacerlo.
La Unión Europea “animó encarecidamente” esta semana a sus Estados miembros a imponer una prueba realizada en China antes del vuelo, e “instó” a los veintisiete a completar la prueba negativa con “pruebas aleatorias” a su llegada al territorio europeo.
Empero, desde este martes, Pekín condenó la imposición de pruebas covid por algunos países, considerándolas “inaceptables” y amenazando con “contramedidas”.
*Con información de AFP.