Las recientes inundaciones en Valencia y sus alrededores han generado una profunda preocupación entre miles de colombianos que residen en España. Según datos del consulado, más de 100.000 compatriotas han hecho de la Comunidad Valenciana su hogar, convirtiéndose en la mayor de inmigrantes en esta región. Esta situación ha tenido un impacto directo en muchos de ellos, quienes han visto cómo la devastación ha tocado a sus familias y amigos.

Las zonas más afectadas por la dana incluyen Valencia, Málaga y Albacete. Esta crisis meteorológica ha dejado un saldo trágico de 64 personas fallecidas y miles de desaparecidos. Las intensas lluvias, características de este fenómeno, han desbordado ríos y causado daños significativos, desatando una emergencia sin precedentes en el país.

La dana se refiere a un tipo de depresión atmosférica que ocurre cuando una masa de aire frío queda atrapada en niveles altos de la atmósfera, a unos 5.000 metros de altitud. Este fenómeno ha sido el responsable de las tormentas que han desatado el caos en varias regiones españolas.

Un hombre camina entre calles inundadas en Valencia, España. | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved.

En este contexto, Sandra Patricia Restrepo, una colombiana originaria del Valle del Cauca que reside en Torrelavega, España, compartió su experiencia con el diario El País de Cali. Aunque su hogar está a una distancia considerable de las áreas más afectadas, la angustia es abrumadora desde que se enteró de la tragedia.

“Dana es como una tormenta tropical. Como ahí (Valencia) hay bahía, hay río, no le avisaron a la gente nada y se vino la tormenta, porque eso sacó el agua de la bahía y el río, porque lo que está inundado no es Valencia en sí. Es como decir Cali y alrededor, los pueblos, Valencia y los pueblos”, relató la colombiana.

A pesar de que en su localidad no se han presentado lluvias intensas, la noticia de que la dana se desplaza hacia Bilbao, una ciudad situada a hora y media de distancia de donde vive, ha despertado temores sobre posibles repercusiones.

Los residentes de Torrelavega viven con la incertidumbre, especialmente aquellos que se encuentran cerca del río que atraviesa la ciudad. Aunque muchos creen que la geografía de su entorno, con zonas elevadas, les ofrece cierta protección, el temor ante lo desconocido persiste.

Un hombre cargando agua camina por calles inundadas en Valencia, España, el miércoles 30 de octubre de 2024. Foto: AP / Alberto Saiz. | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved.

“Este pueblo (Torrelavega) tiene mar, no ha subido la marea, el problema son las lluvias y las bahías que hay, porque en Santander (pueblo vecino) hay una bahía, Bilbao tiene un río y está en zona roja, por eso ocurren las tragedias”, mencionó la vallecaucana al susodicho medio.

Por su parte, las autoridades locales exhortó a la comunidad a mantenerse informada y preparada, subrayando que las lluvias podrían reactivarse y generar nuevas inundaciones.

Mientras tanto, los esfuerzos de rescate y asistencia en las regiones devastadas continúan, evidenciando la solidaridad de los españoles, quienes se han movilizado para ayudar a los afectados. Sandra, al igual que muchos otros colombianos, espera que la situación mejore y que las lluvias cesen, permitiendo que las comunidades empiecen el difícil proceso de recuperación.

Su experiencia subraya el impacto emocional que los desastres naturales pueden tener, no solo en quienes están directamente involucrados, sino también en aquellos que, aunque se encuentran a distancia, sienten la angustia y la preocupación por el bienestar de sus seres queridos. Este evento nos recuerda la vulnerabilidad de las comunidades frente a la fuerza de la naturaleza y la necesidad de estar preparados ante fenómenos climáticos extremos.