Los hongos de la muerte podrían estar detrás de una tragedia que enluta a dos pueblos del estado de Victoria, Australia.
A finales de julio, Erin Pattterson tuvo un almuerzo familiar en su casa en Leongatha y entre los invitados se encontraban sus exsuegros y una hermana de su suegra con su esposo.
Días después, Gail Patterson, la exsuegra de 70 años de Erin, y su hermana Heather Wilkinson, de 66, fallecieron en una cama de hospital. Más adelante, Don, de 70 años, el marido de Gail, corrió la misma suerte.
Actualmente, el reverendo Ian Wilkinson, de 68 años y esposo de Heather, se encuentra entre la vida y la muerte en un centro médico.
Él es el pastor de la iglesia bautista de Korumburra, un pueblo cercano a Leongatha. Su estado es tan grave que necesita un trasplante de hígado.
Por supuesto, las dos poblaciones están impactadas con las tristes noticias, que todavía no han tenido una explicación convincente.
La principal persona en quien recae las sospechas es la anfitriona del almuerzo, Erin, de 48 años, quien aceptó hablar con la prensa, momentos en los cuales dijo que no había actuado de mala fe.
“Estoy devastada. Los amé. Y no puedo creer que este haya sucedido y los siento mucho”, declaró.
Ante la pregunta de qué había cocinado ese día, ella se incomodó y les pidió a los periodistas que la dejaran en paz.
¿Y qué dice la policía? El inspector Dean Thomas, de la brigada de homicidios de la Policía de Victoria, les explicó a un grupo de periodistas que Erin es sospechosa porque ella se encargó de hacer la comida y es la única persona adulta entre los asistentes a quien no le sentó mal.
Cuando los reporteros quisieron saber sobre sus nexos familiares, Thomas explicó que se había separado de su esposo, quien perdió a sus padres tras el almuerzo, pero que su relación era “amistosa”.
De acuerdo con Fox News, los hijos de la expareja también estaban en el encuentro familiar, pero que consumieron otros platos diferentes a los de los mayores afectados.
El oficial Thomas también afirmó que los síntomas de los fallecidos corresponden con los que se presentan tras haber consumido hongos venenosos.
No obstante, un dictamen final solo se podrá establecer cuando salgan los exámenes de toxicología que se llevan a cabo en este momento.
De la investigación también hacen parte una serie de elementos incautados por los agentes en la casa de Erin.
Además, se filtró a la prensa el hallazgo de un deshidratador en un basurero cercano a la casa de la mujer, pero eso no se confirmó ni que tuviera que ver con el caso.
Ya en abril de este año, según CNN, Victoria Health, el ente de salud pública del estado de Victoria, consideró pertinente alertar a la población ante la posible presencia en la región de los hongos venenosos, conocidos también como champiñones de la muerte.
En ese momento, la entidad informó que se trata de una especie muy venenosa y describió los síntomas que se pueden presentar si se consumen: Diarrea, vómitos, náuseas y dolor estomacal, entre otros.
Victoria Health también dijo que incluso cuando el malestar inicial se va, es posible que haya ocurrido un daño hepático que pone en peligro la salud del paciente y hasta llevarlo a la muerte.
Estos hongos que ahora tienen toda la atención de la comarca australiana son originarios del Viejo Continente y se empezaron a detectar en el país de Oceanía en los años 60.
Como muchos otros hongos, se dan al pie de árboles no nativos del país y su veneno no se elimina al secarlos, hervirlos o congelarlos. Además, con solo una pequeña cantidad que se consuma, basta para afectar la salud de la persona.