La Comisión Europea propuso este miércoles 2 de octubre aplazar por un año la aplicación de la controvertida Ley sobre deforestación, después de la fuerte presión ejercida por importantes aliados comerciales de la talla de Brasil.
La legislación –que veta en la Unión Europea (UE) la importación de productos que generen deforestación– debería entrar en vigor en diciembre de 2024, pero los plazos y las exigencias del proyecto provocaron severos cuestionamientos.
“Teniendo en cuenta los comentarios recibidos por socios internacionales sobre el estado de sus preparativos, la Comisión propone dar a las partes interesadas tiempo adicional para prepararse”, anunció la institución en un comunicado.
En septiembre de 2024, Brasil presentó formalmente al comisario europeo de Agricultura, Januz Wojciechowski, un pedido en favor de un aplazamiento en la entrada en vigor de la ley, iniciativa que recibió el apoyo de Alemania.
En su comunicado divulgado este miércoles, la Comisión Europea –brazo ejecutivo de la UE– propuso que la controvertida ley entre en vigor el 30 de diciembre de 2025 para las grandes empresas y en julio de 2026 para las pequeñas y medianas empresas (Pymes). “Dado que todas las herramientas de implementación están técnicamente listas, los 12 meses adicionales pueden servir como un período de introducción gradual para garantizar una implementación adecuada y efectiva”, afirmó la Comisión. Este aplazamiento deberá ahora ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.
De acuerdo con la Comisión, la propuesta anunciada este miércoles “no pone en duda en modo alguno los objetivos ni el contenido de la ley”, ya que “varios socios globales han expresado repetidamente su preocupación por su estado de preparación, más recientemente durante la semana de la Asamblea General de Naciones Unidas”. Además, admitió, “el estado de los preparativos entre las partes interesadas en Europa también es desigual”.
De acuerdo con la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), las importaciones de la UE son responsables del 16 % de la deforestación mundial. En respuesta a esos datos, el bloque adoptó la controvertida ley –conocida por sus siglas EUDR– para vetar el ingreso de productos que generen deforestación. Sin embargo, después de que Brasil presentó su pedido formal, Alemania sumó su apoyo a la idea, alegando que “las empresas necesitan tiempo para prepararse”.
La postura alemana fue anunciada por el ministro de Agricultura, Cem Ozdemir, un representante del partido de los Verdes en la política germana. Apenas un día antes, el jefe del Gobierno alemán, Olaf Scholz, admitió que había sugerido a la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, postergar la implementación de la ley “hasta que se aclaren las cuestiones abiertas”.
En junio de 2024, Estados Unidos también pidió a la UE postergar la implementación de la ley, que suscita igualmente preocupaciones por parte de países africanos y asiáticos. Ya en septiembre de 2023, un grupo de 17 países (11 latinoamericanos, tres asiáticos y tres africanos) advirtió a la UE sobre los efectos de la normativa.
Por su parte, grupos medioambientales europeos se oponen a que la implementación de la ley sea pospuesta. Para Julian Oram, director de política de la ONG Mighty Hearth, la iniciativa de la Comisión es una “traición a las generaciones presentes y futuras de ciudadanos de la UE”. Postergar la legislación “es un acto de vandalismo contra la naturaleza que solo servirá para impulsar una mayor destrucción industrial de los bosques tropicales”, aseguró.
En tanto, Luciana Téllez Chávez, investigadora de Medio Ambiente y Derechos Humanos de Human Rights Watch (HRW), dijo que la iniciativa “contradice el compromiso de la UE en virtud de la Declaración de Glasgow de 2021 de poner fin a la pérdida de bosques”.
*De la DW.