Con el fin de disminuir el hacinamiento carcelario, Honduras construirá dos prisiones de máxima seguridad que, según estimaciones oficiales, tendrían cada una capacidad para 1.500 reclusos. Uno de los centros estará ubicado en una isla a 250 kilómetros de tierra firme, decisión que aleja la posibilidad de que los reos tengan facilidad de contacto con la ‘civilización’.
El comienzo de obras en ambos complejos está programado para 2023 y ya han trascendido algunos detalles del proyecto. El director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez (citado por El Heraldo), precisó que unas de las cárceles se localizará en la Isla del Cisne y la otra en el área montañosa entre Patuca y el departamento de Gracias a Dios.
“Hay una sobrepoblación que anda alrededor del 20 o 25 % en estas cárceles; por un lado, y, por otro lado, las características de estas dos cárceles de máxima seguridad es que están aisladas totalmente de cualquier centro urbano”, dijo Sánchez en una comparecencia.
Se busca “romper” las comunicaciones
Cuando concluyan los proyectos, “el sistema carcelario debe ser potenciado precisamente para darle un mejor tratamiento a los internos”, como primera medida y, además, “romper la comunicación interna y externa que hay desde y hacia estos centros penitenciarios con el fin de girar instrucciones para cometer cierto tipo de delitos en las ciudades”, agregó la autoridad hondureña.
De acuerdo con El Heraldo, las nuevas prisiones albergarán a aquellos condenados, cuyos delitos son considerados de mayor gravedad. Entre estos, la Policía subraya el narcotráfico, vínculos con el crimen organizado y, en esa línea, la pertenencia o nexos con pandillas.
Ese medio aclaró que, por lo pronto, la propuesta recibió ‘buena recepción’; sin embargo, el siguiente paso será evaluar los fondos y las personas que contribuirán a que la iniciativa se materialice.
Medios internacionales como La Prensa Gráfica informan que Honduras cuenta con dos cárceles de máxima seguridad en un sistema penitenciario de 26 prisiones.
Tensión entre Taiwán y Honduras
Los últimos días han avivado las tensiones entre Taiwán y Honduras, luego de confirmarse que el canciller del país centroamericano, Eduardo Enrique Reina, visita China. El viaje puso en vilo las relaciones diplomáticas y marca incertidumbre sobre una inclinación hacia el ‘gigante asiático’.
“Honduras ignoró más de 80 años de amistad al enviar a su canciller a China, lo que ha dañado gravemente los sentimientos de nuestro gobierno y nuestro pueblo”, atizó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla. “Hemos decidido convocar inmediatamente a nuestro embajador para expresar nuestro firme descontento”, agregó.
La controversia se desató después de que Reina viajara a Pekín en aras de abordar el establecimiento de relaciones diplomáticas, impulsado por la presidenta Xiomara Castro. Taipéi, dada las fricciones que mantiene con el gobierno de Xi Jinping, no consiente vínculos oficiales simultáneos.
El 14 de marzo, la propia mandataria confirmó la intención de potenciar un acercamiento con el país asiático. “He instruido al canciller Eduardo Reina para que gestione la apertura de relaciones oficiales con la República Popular China, como muestra de mi determinación para cumplir el Plan de Gobierno y expandir las fronteras con libertad en el concierto de las naciones del mundo”.
No obstante, la jefa de Estado no se ha referido abiertamente a si la proximidad con Jinping implica una ruptura de vínculos con Taiwán, pero si llega a comprobarse, supondría para la isla un respaldo y reconocimiento de solo 13 países, resalta AFP.
Por su parte, China aseguró estar “preparada” para entablar una cooperación con Honduras y dio la “bienvenida a las declaraciones positivas realizadas” por la administración de Castro.