Frediany Gómez es un colombiano residente en Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania –ubicada en la región noreste del país–, con una población de casi millón y medio de habitantes. En medio de la tensión geopolítica sobre una posible invasión rusa a territorio ucraniano, asegura que los ciudadanos de ese país intentan llevar una vida normal.
Está casado con una mujer ucraniana y trabaja como guía turístico en Járkov, una urbe industrial y universitaria en la que se hablan dos idiomas (ucraniano y ruso), muy cerca a la frontera con Rusia. “El tema de Rusia y Ucrania no es nuevo, viene desde que se acabó la Unión Soviética. Sin embargo, desde hace ocho años hay más roces entre estos países, aunque la gente acá se acostumbró a que siempre ha habido un choque diplomático, político e ideológico”, aseguró Frediany en diálogo con SEMANA.
El colombiano cuenta que la cotidianidad en Járkov no ha cambiado. Las personas se levantan cada día a trabajar y las actividades rutinarias se siguen llevando a cabo sin novedades, pese a que en los medios de comunicación abundan las noticias sobre la posibilidad de que se desencadene un conflicto bélico de talla internacional.
“La mayoría de los medios de comunicación en Occidente han dicho que es una invasión “inminente”, es decir que sí o sí va a suceder. Se ha vuelto un tema de saturación de información y yo siempre digo que estamos en una guerra de información, porque a pesar de todo acá estamos viviendo bien”, advirtió.
Estados Unidos y sus aliados llevan varias semanas acusando a Rusia de preparar una invasión a Ucrania, exrepública soviética. “Aquí la gente lo que quiere es que se acabe ese cuento de la invasión, sobre todo por las noticias amarillistas que llegan desde Occidente. En esta ciudad no se habla mucho del tema, la gente vive su vida normal”, agregó Frediany Gómez.
Ahora bien, el colombiano también explicó que en Járkov hay grupos que están a favor de mantener la independencia ucraniana, pero otros que son considerados ‘prorrusos’ y están a favor de la adhesión ucraniana al territorio ruso.
Cuando se le pregunta si los ciudadanos están preparados para una eventual invasión, Frediany no duda en admitir que aunque no es un tema de conversación en los espacios públicos, “la gente está preparada para cualquier cosa, incluso para el peor de los casos”.
Manifestaciones contra una invasión rusa
Miles de personas participaron en una manifestación ‘Por la Unidad de Ucrania’ celebrada el pasado sábado 12 de febrero en Kiev, la capital del país, en respuesta a las amenazas de una invasión militar rusa. La prensa ucraniana informó que los convocantes instaron a los ucranianos a dejar de lado sus diferencias políticas, unirse y expresar su rechazo a la “amenaza rusa”.
“Queremos demostrar que los ucranianos no tienen miedo de las amenazas de (el presidente ruso, Vladimir) Putin, que no aceptan sus ultimátum y que resistirán sea cual sea la situación”, destacó el coordinador del Movimiento Resistencia, Andriy Leus.
Una de las asistentes, Anna Fedkun, reconoció su nerviosismo desde que hace ocho años Rusia lanzó su “agresión” y ahora con una nueva amenaza rusa ese sentimiento se ha intensificado. “Es muy difícil sentarse en casa con esta ansiedad. Por eso he venido para ver a toda esta gente y saber que no estoy sola para superar los nervios y demostrar al mundo que no nos vamos a rendir”, dijo.
Por otra parte, el ministro de Defensa ucraniano, Alexei Reznikov, aseguró que las fuerzas rusas no podrían tomar Kiev, Jarkov u Odesa porque “el Ejército ucraniano es mucho más fuerte y está mucho mejor preparado que en 2014″, cuando Rusia tomó Crimea.
“Entonces había mucha gente que no estaba psicológicamente preparada para resistir (...). Ahora la situación es completamente distinta”, afirmó Reznikov. “Cualquiera que mire a nuestros soldados a los ojos una sola vez se convencerá de que no se repetirá lo de 2014, de que el agresor no tomará Kiev, Odesa, Jarkov ni ninguna otra ciudad”, concluyó.
Reznikov también ha destacado que en el presente mes Ucrania ha recibido 2.000 toneladas de material militar moderno procedente de varios países que los militares ucranianos están ya preparados para utilizar.
*Con información de Europa Press.