El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha defendido el derecho al aborto —prohibido en el país— como una “cuestión de salud pública” y los socios del presidente, Jair Bolsonaro, no han tardado en acusarle de apologeta de la “cultura de la muerte”.
Lula ha expresado, en un debate celebrado en Sao Paulo, que “la idea de familia” actual que se defiende desde algunas instituciones brasileñas se ha quedado muy atrás con respecto al sentir de la sociedad, ya que sigue basándose en la “autorización de un hombre”, quien no es el más indicado “moralmente” para tomar una decisión de este tipo.
“Aquí en Brasil está prohibido, cuando en realidad debería ser una cuestión de salud pública y todo el mundo debería tener derecho y no tener vergüenza. Yo no quiero tener un hijo, buscaré no tenerlo y lo hablaré con mi compañero. Lo que no puede ser es que la ley le exija a ella que debe tenerlo”, ha defendido Lula.
En ese sentido, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ha puesto de relieve que son las mujeres pobres las que mayor sufren esta falta de derecho a interrumpir el embarazo, puesto que al carecer de recursos no pueden acceder a métodos seguros.
“Aquí en Brasil, las mujeres pobres mueren intentando hacer un aborto porque esta prohibido, el aborto ilegal”, ha criticado el expresidente brasileño, quien ha recordado como las mujeres con mayor poder adquisitivo pueden salir al exterior para someterse a esta práctica, cuenta el diario O Globo.
Lula ha criticado que la “idea de familia” en Brasil sea “muy atrasada” y sin mencionar al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha lamentado que las mujeres necesiten la autorización de “un hombre que no tiene moral para hacer eso”, cuando “no ha cuidado de sus hijos”.
“La sociedad ha evolucionado mucho, las costumbres evolucionaron y tenemos que tener el valor para iniciar ese debate”, ha defendido el expresidente, quien todavía no ha lanzado de manera oficial su candidatura para las elecciones de octubre.
Al conocer las palabras de Lula, los socios de Bolsonaro no han tardado en reaccionar, entre ellos el diputado del Partido Liberal (PL), quien le ha acusado de convocar a los suyos “para intimidar a los congresistas contrarios a su comunismo”.
La exministra de la Mujer y Familia del Gobierno de Bolsonaro, Damares Alves, ha asegurado que “la idea de Lula siempre ha sido la cultura de la muerte” y ha aprovechado la ocasión para hacer campaña: “En las próximas elecciones, nuestras meta será proteger la vida desde la concepción por delante de la muerte de niños inocentes”, tal y como se ha podido leer en su Instagram.
Brasil se encuentra en este momento en un fuerte período de disputas políticas por la presidencia. Jair Bolsonaro aspira a una reelección, mientras que el expresidente Lula da Silva aspira volver a ser elegido.
Hasta este momento, y a pesar de los inconvenientes judiciales que podrían afectar su popularidad, el candidato favorito es el izquierdista Lula, que ha logrado un fuerte apoyo popular y se ha unido con sectores conservadores y de derecha como una forma de lograr apoyos de todos los sectores para llegar a la presidencia.
El tema del aborto es, en este contexto, uno de los que más divide a la sociedad brasileña. Por un lado, las corrientes progresistas cercanas a Lula defienden el aborto, mientras que los sectores ultraderechistas de Bolsonaro, apoyado por grandes conglomerados de iglesias evangélicas, lo rechazan tajantemente.
Sin embargo, el nicho electoral de los evangélicos no ha sido completamente controlado por Bolsonaro. Lula ha intentado cooptarlo y ha realizado acercamientos a algunas facciones de este grupo que no descartan apoyar al candidato de izquierda.
*Con información de Europa Press