La justicia francesa declaró culpables este lunes, 5 de junio, a cuatro adolescentes por acosar a un compañero gay de su mismo centro de secundaria, cuyo suicidio conmocionó Francia y recrudeció la inquietud sobre el acoso escolar.
Lucas se suicidó con 13 años de edad el 7 de enero en Golbey (noreste) tras dejar una nota en la que expresaba su voluntad de poner fin a sus días.
Sus familiares denunciaron que sufría acoso y que alumnos de su mismo centro se burlaban de él y le proferían insultos homófobos.
Por estos hechos, un tribunal de menores de Épinal (noreste) juzgo a cuatro adolescentes, a quienes declaró culpables de acoso, pero sin vincularlo al suicidio de Lucas.
Los condenados se enfrentan a hasta 18 meses de prisión -la pena se conocerá el 22 de enero de 2024-. La condena habría sido de hasta cinco años de prisión se si hubiera vinculado el acoso escolar al suicidio.
Pese a esta condena menor, la madre de Lucas expresó su “alivio”. “Quería que se reconociera a mi hijo como víctima de acoso escolar, es todo lo que le debía, es mi combate ahora”, abundó.
El gobierno expresó su intención de reforzar la lucha contra el acoso escolar a raíz de este drama, que no fue el único similar desde inicios de año.
El 12 de mayo, Lindsay, una adolescente de 13 años, se quitó la vida en Vendin-le-Vieil (norte). La justicia imputó a cuatro menores por “acoso escolar que condujo al suicidio”.
Y el 29 de abril, un niño de 10 años se suicidó cerca de Lyon (sureste), en un contexto de acoso escolar, según sus padres.
El miedo a pertenecer a la comunidad LGBTIQ+ para quienes viven en Turquía, tras la reelección de Erdogan
Durante toda la campaña electoral en Turquía, el presidente electo Recep Tayyip Erdogan insultó a los miembros de la comunidad LGBTQ, los utilizó para atacar a la oposición y los acusó de destruir los valores familiares.
Ahora, la reelección en Turquía del presidente islamoconservador causa pavor entre la comunidad, cuyos miembros temen incluso por su vida.
“Tengo realmente miedo. Antes, ya no podía respirar y ahora van a intentar estrangularme”, dijo Ilker Erdogan, un estudiante de 20 años contactado por AFP la víspera de los comicios, en el barrio de Kadiköy, en Estambul.
En su primer discurso el domingo por la noche tras su victoria, Erdogan preguntó a sus seguidores: “¿Es el CHP (partido laico de su rival perdedor Kemal Kiliçdaroglu) LGTB? ¿Es el HDP (prokurdo) LGTB?”. Y la multitud clamó: “¡Sí!”. Y luego dijo: “¿Es el AKP (su partido) LGTB?” - “¡No!”, contestó el público.
Ilker Erdogan explica que desde muy pequeño ya ha sentido ese miedo. “Cuando nací el AKP ya estaba en el poder. Desde que nací, he sentido la discriminación, la homofobia y el odio. Los funcionarios, los profesores, los directores, los trabajadores de la escuela, me han hecho sentir ese odio”, recuerda.
“Siempre me dijeron que había algo que no funcionaba en mí, que yo era un marginado, y me hicieron creer que lo era de verdad”, prosigue.
A lo largo de la campaña electoral, el jefe de Estado saliente nunca dejó de atacar a esta comunidad, incluso diciendo que “ningún LGTB puede ser el producto de esta nación”.
El peligro de las expresiones de odio
Su ministro del Interior, Süleyman Soylu, denunció la “religión” LGTBQ, importada, según él, de “Estados Unidos y Europa”. “Cuando hablan de LGTBQ, esto incluye el matrimonio de animales y humanos”, dijo en una ocasión.
Últimamente, se han incrementado los episodios de odio hacia esta comunidad: “He sufrido más discursos y actos de odio de los que había tenido durante mucho tiempo. Me lanzaron café desde un carro y me han gritado en la calle”, asegura Ameda Murat Karaguzu, reponsable de proyecto en una asociación para los derechos de los LGTBQ.
“La policía que me detiene, a mí y no a mis amigos heterosexuales, comprueba mi documento de identidad... El discurso de odio generado por el gobierno sustenta cada una de estas situaciones”, dice esta mujer de 26 años.
En su opinión, este “discurso de odio” del presidente Erdogan “incita a las personas homófobas, tránsfobas y hostiles a los LGTBQ+ en la calle, porque saben que no tendrán ninguna consecuencia si nos matan o nos hieren”.
*Con información de AFP.