Dominique Pelicot, el hombre acusado de haber drogado a su mujer durante al menos diez años para que decenas de individuos la violaran en su propia vivienda, ha sido condenado este jueves a 20 años de prisión, la pena máxima, tras ser hallado culpable de todos los cargos que pesaban en su contra en el marco de un juicio que ha conmovido a toda Francia.
El tribunal de Aviñón, que ha resuelto que al menos 20 de los otros 50 acusados por el mismo caso también son culpables de violación, ha hallado culpable a Pelicot de “violación agravada”, por lo que incluirá su nombre en el registro de delincuentes sexuales del país.
El propio Pelicot, que había confesado los delitos durante el juicio, pidió perdón a principios de esta semana a su mujer, Gisèle Pelicot, y a su familia durante su último alegato. No obstante, la acusación ha sostenido en todo momento que “los excesos de Pelicot no iban dirigidos únicamente a su mujer” y ha denunciado que la propia víctima ha tenido que “soportar insinuaciones de una supuesta complicidad”.
“Uno no nace con una perversión, uno se vuelve pervertido. Yo era un abuelo normal, como todos los demás, hasta que me salí del camino”, reconoció ante los cinco jueces del tribunal.
Algunos de los imputados, que tienen edades comprendidas entre los 20 y los 70 años, ha reconocido haber cometido el delito, mientras que otros han recalcado que creían que la propia Pelicot había consentido mantener relaciones sexuales y han alegado que fue Pelicot quien los “influyó” para que cometieran las violaciones, un extremo que ha sido negado por el principal acusado, quien ha insistido en todo momento en que los demás “estaban al corriente de todo”.
La ciudad de Aviñón ha amanecido con pancartas en señal de apoyo a la víctima, a la que han dado las gracias por su valentía y su coraje para lograr que la “culpa cambie de bando”, como ha venido sosteniendo Gisèle Pelicot durante todos estos meses.
La Fiscalía había solicitado la pena máxima contra Pelicot, que fue detenido el 4 de noviembre, por las “violaciones agravadas” perpetradas contra su exmujer durante una década. “Veinte años es mucho tiempo, veinte años viviendo entre las cuatro paredes de una prisión es mucho, pero al mismo tiempo no es nada, es demasiado poco dada la gravedad de los actos cometidos”, ha expresado la fiscal general de Francia, Laure Chabaud.
Durante su comparecencia ante el tribunal, Gisèle Pelicot relató cómo se enteró por boca de la Policía de la sumisión química a la que era sometida, que daba pie a “escenas de barbarie” en los que ella era “una muñeca de trapo, una bolsa de basura” a merced de medio centenar de hombres.
Los fiscales han dado cuenta de al menos 92 violaciones durante diez años, aunque para la víctima durante años toda sospecha se limitó a lagunas temporales en su memoria. “Hasta nuestros amigos nos decían que éramos la pareja ideal”, aseguró Pelicot durante una larga y sosegada exposición en la que situó como primera fecha relevante el 12 de septiembre de 2020.