Michael Cohen, exabogado de Donald Trump, fue condenado el miércoles a tres años de cárcel por un juez federal de Manhattan, una sentencia bastante leve para el exconfidente del presidente estadounidense, a quien mencionó directamente al escuchar la pena. "En muchas ocasiones, tuve la sensación de que era mi deber encubrir sus actos sucios", dijo el exasesor del mandatario ante el juez de distrito William H. Pauley III. Cohen, de 52 años, aseguró que estaba asumiendo la responsabilidad de sus delitos, "incluidos aquellos que implican al presidente de los Estados Unidos de América". Sus abogados habían solicitado que no fuera a prisión luego de que se declarara culpable de evadir impuestos, hacer declaraciones falsas a una institución financiera, realizar contribuciones de campaña ilegales y mentir al Congreso. Pero Pauley dijo que Cohen, como abogado, "debería haberlo sabido bien" y lo sentenció a tres años en una prisión federal, ordenándole que se entregara a la custodia antes del 6 de marzo. "Cada uno de estos crímenes, por sí solo, merece un castigo considerable", afirmó el juez, y agregó que el acusado estaba "motivado por la codicia y ambición personales". Le sugerimos: Trump en la cuerda floja Antes de que el magistrado dictara su sentencia, Cohen se dirigió a la corte. "Hoy es el día en que estoy recuperando mi libertad", dijo. "He estado viviendo en un encarcelamiento personal y mental desde el día en que acepté la oferta de trabajar para un magnate de bienes raíces cuya visión para los negocios admiré profundamente", agregó. Cohen también se refirió a un tuit del presidente que lo calificó de "débil" y dijo que "su debilidad era una lealtad ciega a Donald Trump". "Dinero para silenciar" Cohen se declaró culpable de los cargos presentados por los fiscales federales en Nueva York y por la oficina del fiscal especial Robert Mueller, el exdirector del FBI que está investigando la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y si algún miembro de la campaña de Trump coludió con Moscú. Entre los cargos contra el abogado se encontraban los pagos de dinero para silenciar a dos mujeres que habían amenazado con hablar de sus supuestos romances con Trump durante la campaña electoral de 2016. Cohen les dijo a los fiscales que los pagos por un total de 280.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels y la exmodelo de Playboy Karen McDougal se hicieron "en coordinación y bajo la dirección" de Trump. Ambas mujeres han afirmado haber tenido encuentros sexuales con Trump antes de que fuera el candidato republicano a la presidencia y los fiscales han calificado los pagos como contribuciones ilegales de campaña destinadas a influir en la elección. "Cohen engañó al electorado al ocultar supuestos hechos que creía que tendrían un efecto sustancial en la votación", dijeron los fiscales. Trump intentó esta semana minimizar la importancia de los pagos diciendo que eran una "simple transacción privada" y que eran "erróneamente" llamados contribuciones de campaña. "Cohen solo está tratando de que le reduzcan la sentencia", tuiteó el mandatario. Y agregó: "¡CACERÍA DE BRUJAS!". El acusado recibió una sentencia reducida por colaborar con Mueller. En un memorándum de sentencia, la oficina del fiscal especial aseguró que Cohen había "hecho todo lo posible" para ayudar en su investigación. El mes pasado, Cohen reconoció que mintió al Congreso sobre sus contactos con Rusia sobre la construcción de una Torre Trump en Moscú. Vestido con un traje oscuro y una corbata azul claro, el acusado llegó a escuchar su condena con su esposa e hijos. Durante 12 años, Cohen fue vicepresidente de la Trump Organization, la compañía matriz de los negocios inmobiliarios de Trump, y también fue uno de los principales confidentes del multimillonario. Puede leer: ¿Cómo afectan a Trump los líos judiciales de dos de sus hombres cercanos? Los investigadores allanaron sus oficinas y su hogar de Nueva York en abril, y en agosto admitió haber ocultado a las autoridades fiscales alrededor de 4 millones de dólares en ingresos de su negocio de taxis. La transformación de un confidente En tres meses, Cohen, de 52 años, ha dejado atrás el papel del hombre de confianza que fue durante diez años para el magnate de bienes raíces de Nueva York, y ha revelado a los investigadores todo lo que sabía sobre los dudosos negocios de Trump. Hasta entonces, este empresario que conoció a Trump al prestarle sus servicios después de comprar apartamentos en sus edificios, había sido su mejor confidente. Admirador del magnate desde la escuela secundaria y ferviente lector de su éxito de ventas "The Art of the Deal" (El arte de la negociación), había demostrado una lealtad irreprochable durante el ascenso político de su jefe, y se imaginaba como futuro asesor legal en la Casa Blanca. Impulsado como vicepresidente de la Trump Organization, con un salario anual de 500.000 dólares, este amante de los autos finos asumió los trabajos más difíciles como amenazar a los periodistas que se mostraban demasiado interesados en los lados oscuros de un jefe cuyo imperio se basa en la autopromoción. Le sugerimos: ¿Cómo afectan a Trump los líos judiciales de dos de sus hombres cercanos? Un "pitbull" "Si alguien hace algo que no le gusta al señor Trump, hago todo lo que está a mi alcance para resolverlo en beneficio" del presidente, dijo Cohen a ABC News en 2011. Y agregó: "Si haces algo mal, voy a atacarte, agarrarte por el cuello, y no te dejaré ir hasta que termine". Esta feroz devoción, mezclada con un gusto por el lujo y el dinero, le hizo ganar a Cohen, hijo de una enfermera y un médico de origen polaco sobreviviente del Holocausto, el sobrenombre de "pitbull" de Trump, y lo llevó al lado equivocado de la ley. Las primeras experiencias profesionales del joven Cohen, nacido el 25 de agosto de 1966 en un suburbio de Nueva York cerca del aeropuerto John F. Kennedy, ya mostraban una inclinación por los negocios cuestionables. Al salir de la facultad de Derecho en Lansing, Michigan, una de las menos calificadas del país, se especializó en accidentes con lesiones personales, uniéndose al grupo de abogados conocidos como "cazadores de ambulancias" por su rapidez para ofrecer sus servicios a las víctimas. Con su esposa de origen ucraniano, invirtió luego en licencias de taxi en Nueva York y Chicago, en la era "pre-Uber", cuando aumentó su valor y la mitad de los taxis amarillos olían a mafia. Admitió a las autoridades fiscales que había ocultado unos 4 millones de dólares en ingresos relacionados con sus negocios de taxis. Al servicio de Trump, intervino para silenciar a dos mujeres, la actriz de cine porno Stormy Daniels y la exmodelo de Playboy Karen McDougal, quienes amenazaron, durante la campaña presidencial de 2016, con revelar su supuesta conexión amorosa con el multimillonario. Declaraciones comprometedoras Fue poco después del espectacular allanamiento en su oficina y su casa en abril que Cohen, decepcionado por no haberse unido a la Casa Blanca, comenzó un giro de 180 grados. Puede interesarle: Stormy Daniels, la heroína de la resistencia En agosto, reconoció haber pagado a Daniels y McDougal un total de 280.000 dólares por su silencio, admitiendo que había violado las leyes de financiamiento de campañas, que prohíben que una persona contribuya a éstas con más de 2.700 dólares. Pero además involucró al presidente, enfatizando que realizó estos pagos "a pedido suyo". Cohen también se convirtió en un testigo clave en la extensa investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre una posible colusión entre el equipo de Trump y Rusia durante la campaña presidencial de 2016. En noviembre, admitió que sus contactos con Moscú para promover un proyecto inmobiliario con la Trump Organization continuaron mientras la campaña ya estaba muy avanzada, en contra de lo que había dicho en el Congreso. Y también reconoció haber sido contactado a finales de 2015 por un ruso que propuso una cooperación "política" con el equipo del republicano. Estas confesiones, comprometedoras para el presidente estadounidense, han reavivado las posibilidades de una posible destitución o acusación contra Trump en caso de no reelección en 2020. Le sugerimos: Stormy Daniels describe sus relaciones sexuales con Donald Trump en un nuevo libro A sus amigos les gustaría ver a este padre de dos estudiantes como una víctima de su lealtad al presidente, pero los fiscales de Nueva York creen que actuó mas por codicia y necesidad de valorarse a sí mismo. Reclaman para él una "condena sustancial de prisión" de unos cuatro a cinco años. Cohen, quien ya no puede ejercer como abogado, espera haber hablado lo suficiente como para obtener una sentencia indulgente. Con información de AFP...